Al respecto, Gustavo Rudasesky, titular de Rudas Chevrolet, sostuvo que “la situación nos afectó drásticamente. Recién el último tiempo se nos autorizó a abrir el taller para hacer servicio, pero solo a las personas que están autorizadas a circular", subrayando que "eso es un índice de trabajo e ingresos muy bajo".
Ante este escenario, la concesionaria oficial de la marca del moño está trabajando "con personal reducido y medio día, por lo que con lo que ingresa no pagamos ni la factura de la luz”. Llegando a la conclusión que el 2020 “será el peor año después del 2003, porque la actividad ya venía en caída y esta situación ha formado parte de un coctel explosivo”.
Protocolo y despidos
El sector presentó un protocolo de trabajo para poder dar atención, respetando las medidas de seguridad e higiene, pero “no hemos obtenido respuesta y sumado a que la ayuda del Estado ha sido muy poca, los bancos nos ha dado muy poca ayuda también porque es muy burocrático todo, la provincia ni siquiera prorrogó el pago de impuesto, la municipalidad tampoco el pago de las tasas; entonces no sabemos si piensan que la actividad nuestra goza de buena salud o que es lo que ven las autoridades, porque sentimos que nos han dejado a la deriva”, puntualizó Rudasesky.
Rudasesky concluyó su análisis afirmando que “hasta el momento no se perdieron fuentes de trabajos, por la misma imposibilidad de despedir gente que el gobierno ha decretado; pero si no fuera por eso estaríamos como toda las empresas despidiendo personal para intentar salvar la vida de nuestras empresas”.
Otras voces
Por su parte, Marcos Echeverri, desde la oficina de Grand Car -representante de la firma Jeep- señaló que “en la actualidad estamos trabajando con home office, es decir desde nuestras casas", lo cual cambió por completo la manera de interactuar con los potenciales compradores, ya que "estamos acostumbrados a estar cara a cara con el cliente".Para Echeverri todo este escenario presenta "una situación muy critica", para la cual "no hay mucho remedio para afrontarla, solo queda tratar de pasarla". Admitiendo que antes de la emergencia generada por la pandemia de COVID 19 "veníamos bien", ya que incluso "habíamos levantado en las ventas, pero esto nos pinchó"
Por último, Claudio Saloj, desde la concesionaria Fiat de Full Car remarcó que “lo peor de esta situación es que las perspectivas no son buenas", ya que en el horizonte cercano no aparecen señales de una normalización de todas las actividades económicas. "No es que mañana nos dejan abrir las puertas y nos lloverán los clientes", admite con una sonrisa, trayendo a colación que "es la sociedad entera la que está complicada en sus economías”.
Al igual que sus colegas del sector, "solamante estamos trabajando con el servicio post venta en la atención de talleres, pero limitados a la gente que tenga una autorización para circular"
Consultado sobre las estimaciones de caídas en las ventas, Saloj no duda en estimar que las transacciones se desplomaron "en un 90 por ciento". Insistiendo que en la venta automotriz es un freno infranqueable la falta de una interacción directa. "Se complica para una operación que es muy personal, donde es irremplazable un contacto entre vendedor y comprador".