A comienzos de este año, la recaudación provincial de impuestos llegó a los $7.849.929.777, lo que representa un incremento del 37% respecto al mismo período del 2019, en el cual se recolectaron $5.733.816.580. Por otra parte, en enero la provincia recaudó $2.246.960.387, en febrero $2.949.836.675, mientras que en marzo sufrió un considerable paro por la cuarentena dictada por el gobierno nacional, que trajo consigo una marcada caída nominal y real.
De esta manera, cabe mencionar que durante el tercer mes del 2020, la recaudación de la ATER apenas llegó a los $2.653.132.715, casi trescientos millones de pesos menos que durante febrero.
En segundo término, la variación interanual, que en enero había superado el 33% y en febrero se había ubicado en el 51% (casi a niveles de la inflación anual acumulada), cayó al 25,6%. Por lo que, en un principio, este derrumbe se explica por la merma en la recaudación del impuesto a los ingresos bruto. Este tributo es soportado por el comercio y los servicios, ya que la industria y el campo están exentos casi en su totalidad.
Por otro lado, en febrero, los contribuyentes directos de IIBB aportaron $966.766.216 a las arcas provinciales, pero ahora esa contribución se ubicó en apenas $773.877.295, casi doscientos millones de pesos menos.
El mismo escenario se repite entre los aportes que llegan del denominado “convenio multilateral”, el acuerdo entre provincias y CABA para evitar imposición múltiple a contribuyentes que operan en varios distritos. En este apartado, la caída fue cercana a los $65 millones de pesos, con $738.331.017 en febrero contra $674.052.352 de marzo.
La curva de la merma en la recaudación es paralela a la de la suspensión de actividades por la pandemia de Covid-19. Cabe destacar que ingresos brutos representa el 60% de la recaudación provincial.
Otro tributo donde se registró una caída significativa fue el impuesto inmobiliario, donde la variación interanual apenas superó el 15% con $984.295.123 que se recaudaron en el primer trimestre de 2019 y $1.134.710.584 entre enero y marzo de este año.
Este tributo se divide en dos: urbano/suburbano y rural. En la primera subdivisión, donde se cuentan principalmente las viviendas de las ciudades y pueblos, hubo una variación positiva de casi trescientos millones de pesos: $738.801.694 en el primer trimestre del año pasado, contra $1.028.872.919 del 2020. En el segundo tramo, que grava las unidades productivas del campo, hubo una retracción superior al 50% entre el 2019 ($245.493.428) y el año en curso ($105.837.665).
La razón de esto es que el Gobierno provincial negocia con la Mesa de Enlace de entidades agropecuarias cuánto se cobrara al campo por el inmobiliario. Esta discusión se complicó en primer lugar por las declaraciones desafortunadas de un funcionario y luego por el paro lanzado a nivel nacional por las organizaciones rurales. La pandemia y la cuarentena también patearon este tema para adelante.
Por último, resta mencionar que el impuesto automotor también tuvo una performance baja con respecto a los guarismos de inflación acumulada: apenas creció interanualmente en el trimestre un 32% ($764.995.295 en enero-marzo del 2019 y $1.012.380.629 en el mismo lapso del año en curso) y que lo mismo ocurrió con el impuesto a los sellos: + 41,8% ($349.258.995 contra $495.172.225, respectivamente).