La fruta, que no encuentra compradores y tampoco es aceptada por la industria, se acumula en el campo sin posibilidades de que los productores la trasladen porque con el precio que reciben no cubren los costos.
Esta localidad alcanza el mayor porcentaje de producción por kilo en la provincia de Entre Ríos y uno de los más altos del país. Cada año, unos 400 productores generan aproximadamente 150 millones de kilos en unas 5000 hectáreas. Sin embargo, este año la situación se ha vuelto insostenible, como se evidenció recientemente con la imagen que publicó este medio, mostrando un camión descargando al menos 8000 kilos de mandarinas en el basural local.
El problema radica en la falta de ventas en los mercados, los precios bajos que reciben los productores y los elevados costos de producción. Por eso, se ven obligados a desperdiciar miles de kilos de mandarinas. “En los mercados no hay ventas, los precios que recibimos son muy bajos, y los costos de producción son demasiado elevados”, explicó Velo. Ante esta situación, Velo, su hermano y un empleado se vieron obligados a cortar y dejar caer las mandarinas al suelo en lugar de recolectarlas.
“Tenemos que retirar las mandarinas para poder mantener la producción. Si la fruta queda en el árbol, la floración no se desarrolla correctamente y el rendimiento cae para el próximo año”, explicó Velo. Según detalló, lo que van a dejar perder son unas cinco hectáreas donde el productor tiene la variedad Okitsu, una mandarina temprana que se suele cosechar entre febrero y abril, pero que este año por una serie de factores no se pudo concretar.
En ese sentido, detalló que cuando la fruta estaba lista para ser recolectada había poca demanda, a esto se sumó las intensas lluvias que hubo este año que aceleraron la maduración de la fruta y aumentaron su tamaño. Esto contribuyó a su vez a que la industria rechace las mandarinas por ser demasiado grandes y no adecuadas para las máquinas exprimidoras. Además, las frutas no alcanzan el nivel de dulzura necesario para el proceso de molienda, lo que termina generando pérdidas en la producción de jugo concentrado por litro.
A esta situación se sumó que, con precios entre $40 y $50 pesos por kilo, no logran cubrir los costos de producción, ya que deberían cobrar al menos siete u ocho veces ese valor. “Para nosotros termina siendo como tirar la plata”, dijo.
Según detallaron, los costos que tienen son la cosecha, el flete, el empaque, que implica la cera para darle brillo, y la luz. Además, están los costos de producción como la poda, el riego, el abono, los fertilizantes, entre otros. “Llega fin de mes y no sabemos de dónde sacar la plata para pagar, por ejemplo, la luz”, comentó.
Velo relató que tiene 30 años y desde los 16, ayuda a su padre, que tenía producción. En total tienen unas 60 hectáreas donde producen mandarina, limón, y naranja. “Mi papá había comenzado con esta producción. Es una tristeza enorme ver la fruta en el piso porque es un año de trabajo. Siempre la luchamos desde chicos y seguimos”, expresó.
Velo contó que a quienes se acercan para pedirle que les regale la fruta lo hace, pero aclaró que no puede afrontar los costos de una donación. En rigor, Marcos Dal Mazo, presidente de la Asociación de Citricultores de Villa del Rosario, estimó que para un productor el costo de donar un kilo de mandarina es de unos 100 pesos, considerando el costo de mano de obra, empaque y traslado. En tanto, un productor que quiere vender su producción se las arregla como puede.
Asimismo, detalló que para extraer la fruta se necesita mano de obra calificada porque, de lo contrario, puede dañar la producción. No obstante, señaló que desde que se conocieron los videos de que se estaba tirando fruta no recibieron ningún contacto para concretar donaciones.