En diálogo con Diario Río Uruguay, Mariana Bodean, docente de la escuela República Oriental del Uruguay informó que “por suerte está todo encaminado. Conseguimos después de que fuimos y hemos hablado a varias personas; con el municipio, con Gloria Warner, con Alejandro Casañas, al diputado Jakimchuk. Ellos fueron colaborando con nosotros, a quienes le agradecemos mucho que nos ayudaron, para organizar una venta de pollo; y por otro lado gestionamos pasajes porque con eso, sabíamos, que no nos iba a alcanzar. Justo pudimos encontrar al gobernador (Sergio Urribarri) que estaba corriendo a metros de donde estábamos haciendo esta venta. Entonces una profesora lo conoció, lo paro y él enseguida, cuando le contamos, se comprometió a gestionar la plata para pagar los pasajes. Esta semana se contactaron y ayer (por el martes) nos confirmaron que sí. Que tendremos para pagar los pasajes de avión y la Municipalidad nos consigue los pasajes de acá a Buenos Aires; así que el 14 de septiembre, al mediodía, tomarán el avión en Buenos Aires”.
La docente recordó que para este proyecto se viene trabajando hace muchos años: “La escuela lo viene realizando hace mucho tiempo, ya más de ocho años. Las dos profesoras que lo impulsaron son Mariana Acosta y Manuela Peralta. Con los diferentes alumnos que van transitando la escuela van al sendero protegido que es al final de la Costanera, a pocas cuadras de la escuela que es cruzando la Defensa sur. En esa zona hay muchos microbasurales donde se da la recolección informal de basura”.
En relación a la necesaria internalización del problema, Bodean remarcó la proximidad física que los alumnos experimentan con el lugar, en su diaria rutina. “Los chicos hacen educación física en la Costanera y esta problemática de la basura en el barrio es una problemática que nos comprometía a toda la comunidad educativa. Es más, tenemos alumnos que se dedican la recolección informal de la basura. Para ellos no es un estudio de algo lejano sino que es parte de su vida cotidiana, tenemos alumnos que son hijos de pescadores que pescan en esa zona; donde el río esta también contaminado”, detalló. Y agregó: “Entonces los profesores capitalizan esa información que los chicos traen incorporado porque es de parte de su vivencia. Así investigan y elaboran proyectos de ciencia dándole un marco conceptual y teórico a unos saberes de la vida que ya tienen nuestros alumnos. Ellos recorren el sendero, toman muestras y han hecho a partir de eso distintos proyectos. Es un gran proyecto del que se desprenden otras cosas”.
Rememorando el derrotero que tuvo el desafío pedagógico, Bodean recordó que en “el 2013, cuando se dieron las primeras jornadas de Medio Ambiente en la Municipalidad de Concordia, se presenta el proyecto. Ganó y Bordet lo pone en agenda. Esa zona se ha limpiado, hay cartelería. Si bien hay un poco de basura en la zona pero no es lo que era antes; es decir la idea es revalorizar ese espacio para que se pueda preservar la flora y fauna y que se implemente la actividad del senderismo, que es una actividad turística para que la gente visite. Que se indique con cartelería acerca de qué flora y fauna podes encontrar. Es un atractivo más para la ciudad; que deja de ser contaminado para tener una reutilización social. Es decir, es un circuito. Entramos por la puerta del sendero y ahí nos metemos monte adentro, llegando a la orilla del río. Y vamos recorriendo el río por su orilla hasta el ex lavadero de jaulas: toda esa zona es lo que llamamos “El sendero protegido”.
La docente repasó que la iniciativa “fue ganando instancias locales, provinciales y llegó a la Feria Nacional de Ciencias, el año pasado. Esta instancia te habilita a que te inviten de ferias internacionales. El año pasado recibimos invitación para participar en La Paz. A los chicos les fue muy bien, recibieron menciones y la invitación a participar en Colombia, este año. Y el año que viene a Fortaleza, Brasil”.
Consultada acerca de cuántos chicos y docentes integrarán la comitiva con rumbo a tierra colombiana, Bodean contó que “son cuatro los que viajan: dos alumnos, Brenda Valín de 6to. año y Nahuel Hidalgo, de 5to año. Y las dos profesoras impulsoras del proyecto”.
A manera de cierre, la docente admitió estar experimentando una etapa de sensaciones múltiples: “No lo podemos creer; no caemos todavía. Estamos tan ocupados en que esto se pueda hacer que no nos pusimos a pensar en lo que es. Estamos ansiosos, hasta miedo al avión tienen, pero muy contentos. Para nosotros, como institución, es algo absolutamente histórico e insólito. Pensar que nuestros estudiantes van a viajar a nivel internacional; muchos nunca nos subimos a un avión. Es todo nuevo y estamos muy emocionados”.
Para Bodean, la experiencia puede “comunicar” más, desde el punto de vista social: “Esto es un mensaje para nuestros alumnos y la sociedad entera: el mensaje es que estudiar tiene premio. Que no es tonto el que se esmeró. Porque gracias a este esfuerzo tendrá este reconocimiento. Esto estimula a que otros se sumen y se esmeren”.