Hasta ese lugar, con un escenario montado sobre la vereda de calle Próspero Bovino, frente a la ex Estación Concordia Norte de ferrocarril, asistieron los más de 900 alumnos que van a la escuela reconocida como “Comercio 2”, tal como se la denominó por años hasta que pasó a ser identificada con el número 17.
Los estudiantes coparon la calle Próspero Bovino, durante la mañana de este miércoles. De casualidades y causalidades se construye ese colegio que, en los noventa, funcionó de prestado y llegó a repartir sus cursos en hasta 3 lugares diferentes. Su principal casa fue el viejo edificio que entonces aún de manera provisoria ocupaba la Facultad Regional Concordia de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Casualidad es que, por aquellos años, la Comercio 2 “Martín Miguel de Güemes” tenía su acceso por calle Salta y que, cuando se mudó a su actual y definitivo edificio, fue rebautizada con el número 17, justo el que quedó sellado a fuego con la fecha en que falleció el que fue el primer gobernador de Salta.
Causalidad es que, tras varias gestiones, uno de los bustos que la Comisión Provincial del Bicentenario y el Gobierno de la Provincia de Salta (en 2021 se cumplirán 200 años de la muerte de Güemes) termine emplazado en la escuela entrerriana. Al acto asistieron autoridades provinciales como el legislador Alberto Rotman y el vocal del Consejo General de Educación, Gastón Etchepare, entre otros; Entre las autoridades municipales se encontraba el secretario de Gobierno y Turismo de la Municipalidad de Concordia, Alfredo Francolini; los concejales Nicolás Moulins, ex alumno de Comercio 2; Alberto Zadoyko y Carolina Amiano y el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, precandidato a vicepresidente.
Un momento singular, de esos que de vez en cuando ocurre en las escuelas entrerrianas, tuvo lugar poco antes de descubrir la obra de la escultora Pilar Velazco. Sucedió cuando se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino. La música fue interpretada por la Banda Militar del Regimiento de Caballería de Tanques 6 “Blandengues” y el canto estuvo a cargo de un grupo de alumnos de 4º año, división “C”. No fue una más, sino que tuvo la particularidad de que lo hicieron con lengua de señas.
El Himno Argentino, interpretado en lengua de señas
Daniela Altamirano es el nombre clave de esta historia que conmovió a los presentes. Es la intérprete que a pedido de los compañeros de Milagros, la joven alumna con hipoacusia que ella acompaña todos los días, les enseñó su lenguaje. Fue, ante todo, una maravillosa tarea de integración. La alumna, junto a su tutora, fueron docentes de sus compañeros. El resultado, por segunda vez, fue demostrado en público. De principio a fin, el Himno Nacional Argentino fue interpretado por ese puñado de jóvenes ubicados en el escenario y ante la mirada atenta de todos. El segundo nombre clave aquí es el de Laura Di Lello, profesorado de Formación Ética que promovió y sostuvo la iniciativa.
Hubo aplausos, agradecimiento y un acto que prosiguió hasta las fotos y empanadas que la ocasión mereció. La escuela seguirá en su diaria labor, aunque desde este miércoles hay un guardián silencioso que la acompaña con el mismo respeto que esos gurises le pusieron a la silenciosa interpretación del símbolo patrio argentino.