“Provengo de una familia que toda la vida se dedicó a los trabajos cítricos. Para mí sería un sueño ser la embajadora, porque es una forma de honrar nuestras raíces y el esfuerzo de quienes hacen posible que esta actividad sea un pilar económico y cultural de Estancia Grande”, expresó con entusiasmo.
"Ser embajadora no sólo implica portar una corona, sino representar con orgullo a toda una comunidad en una fiesta que celebra el trabajo, la identidad y la conexión con la tierra", dijo.
Desde el municipio remarcan que "Luna está decidida a cumplir este rol, destacando que su motivación principal es ser la voz de su pueblo y enaltecer los valores que unen a toda la comunidad de Estancia Grande".
A la vez que señalan que "Estancia Grande tiene en Luna Yamila una digna candidata que combina pasión, conocimiento y un profundo amor por su comunidad. La Fiesta de la Citricultura, que reúne a miles de personas cada año, podría tener en ella una embajadora que simboliza el espíritu de trabajo y orgullo local".