A través de la técnica de microinjerto de ápices caulinares in vitro, se logró que las nuevas variedades de mandarinas presenten características como la ausencia de semillas y una cosecha temprana, así como también un alto contenido de jugo y una cosecha tardía, para el segundo caso.
Esta innovación permitiría una extensión de la presencia de la fruta en el mercado del consumidor.
Las variedades
Estas variedades recibieron el nombre de Criolla INTA SS y Tardía INTA. Según la explicación de Miguel Garavello, investigador del INTA Concordia, la Criolla SS proviene “de una mutación inducida de la mandarina Criolla” y “presenta el mismo aspecto y hábito de crecimiento que la planta madre que le dio origen”. Además, precisó que presenta “el característico aspecto de los mandarinos del tipo Común”. No obstante, la diferencia respecto a otras variedades similares es “la ausencia casi total de semillas en sus frutas; con un promedio de 1,5 semillas en 100 frutos”.Asimismo, la Criolla SS es “de media estación-temprana, comparada con la mandarina Común, que es de media estación”, destacó.
Por otro lado, la segunda variedad es la Tardía INTA, que proviene “de una selección de plantines nucelares de la variedad Tardivo de cicadulli. En este caso, “las características generales de tipo de árbol, follaje, flores y frutos son similares a las otras variedades de su tipo, radicando las principales diferencias en el período de maduración y la calidad de la fruta”, expresó.
Como su nombre lo sugiere, esta variedad “es de maduración tardía (agosto-octubre), con alto contenido de jugo y ausencia de ‘bufado’, es decir, la corteza de la fruta no se separa de la pulpa; presentando además un contenido de semillas relativamente bajo”.