Agrandar imagen
Vale recordar que el apagón afectó a gran parte del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y a varias provincias del país. En un primer momento se informó que se debió a un incendio ocurrido en unos pastizales que afectaron tres líneas de transmisión de alta tensión en la zona del Litoral.

El incidente, a su vez, sacó de servicio a la central nuclear Atucha I, lo que generó un desbalance entre la demanda y oferta eléctrica del sistema argentino de interconexión (SADI).
Salto Grande
El ingeniero Javier Murguía, gerente general de la Delegación argentina de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, explicó que - ante la falla masiva a nivel nacional - "nuestro equipamiento operó de acuerdo a lo previsto".

En diálogo con Diario Río Uruguay, el profesional detalló que "no tuvimos ninguna perturbación en todo el cuadrilátero conformado por la Central propiamente dicha y las cuatro estaciones de extra alta tensión (500 kV) interconectadas entre sí".
Al máximo
"Nosotros aportamos ante este problema, respondiendo con todo nuestro equipamiento para controlar la tensión y la frecuencia del sistema", reportó. Subrayando que "representó una exigencia de tal magnitud, que si no contáramos con un control permanente, se podría haber dañado todo el equipamiento".

En ese sentido, destacó que "en el caso de la tensión - que fue la más crítica - llegamos a valores de 535 mil voltios, es decir unos 4 o 5 mil voltios cercano a un colapso total del sistema".

En ese marco, "tuvimos todo el equipamiento al máximo para evitar ese colapso", remató. Insistiendo en que "el equipamiento respondió 100% como se preveía frente a esta falla".

A su entender, la clave de la respuesta "fue la inversión en el material, la revisión y el control constante" de Salto Grande, porque "fue un momento bastante crítico y hasta se pensaba - a nivel nacional - que no se iba a poder controlar la situación".