En relación a la problemática oncológica y a los costos, cada vez más elevados de la industria farmacéutica y que debe afrontar la obra social en los tratamientos, el funcionario afirmó que: “Yo no diría la industria farmacéutica; yo diría la industria del laboratorio. Nosotros estamos alrededor de 421 afiliados que les brindamos servicio entregando medicamento por el valor de $ 18 millones. Tengo afiliados que están recibiendo medicamentos cada 40 días y el valor de los medicamentos supera es de $1.250.000. Y tengo dos afiliados que cada uno de ellos recibe un medicamento cada 45 días cuyo valor oscila entre $ 890mil y $ 930 mil. Eso se suma a los 18 millones de pesos que mencioné”.
Según entiende Cañete, “el mercado del laboratorio ha crecido muchísimo. Nuevas patologías hacen que a la obra social le impongan determinados medicamentos, si están aprobados por el ANMAT. Y nosotros tenemos que sí o sí dar respuestas. A veces buscamos algún tipo de medicamento alternativo pero lamentablemente no es compartido a veces por el afiliado y por eso debemos entregar el medicamento de prescripción médica. Tenemos recetas donde el médico solicita que no se cambie el nombre comercial”.
Al parecer del funcionario las diferencias entre los medicamentos “de laboratorio” y los llamados “genéricos” son abultadas. “Los genéricos resultan no tan onerosos como los del laboratorio. En muchos casos sugerimos al afiliado la opción de que nos permita recibir otro medicamento. Las diferencias (de precio) son bastante notorias”, puntualizó.