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El coordinador general de la Unidad de Desarrollo Ambiental y Administración del Parque Abasto de la Municipalidad, Martín Armanazqui, explicó a Diario Río Uruguay que el programa de erradicación de tracción a sangre se gestó a través de un convenio con una fundación que les brindó asesoramiento. En base a esto, según sus palabras, “se tomó el registro único de carreros, donde se inscribieron alrededor de 500 personas”.

Asimismo, Armanazqui dijo que desde el programa gestionaron los fondos necesarios para “la adquisición de 100 unidades de motocarro y las capacitaciones de oficio para el resto del colectivo del registro único de tracción a sangre”. Con esta iniciativa, las 400 personas restantes que no podrían recibir las unidades motorizadas recibirían distintas capacitaciones de oficio que “fueron acordadas con ellos mediante entrevistas, a través de un programa de nación que incluye oficios novedosos como la bioconstrucción y el reciclado” agregó.

De esta manera, el encargado de UDAAPA destacó que “al momento se han entregado las primeras 10 unidades del municipio y otras 31 unidades a través de Desarrollo Social de nación”, siendo un total de 41 unidades puestas en circulación.

Por otra parte, los 59 rodados restantes también fueron gestionados por el gobierno nacional y, antes de que sucediera la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19, “estaban cerrando la adquisición de un paquete de 30 unidades más”, resaltó Armanazqui.
Los avances
El programa de erradicación a sangre, según las palabras de Armanazqui, “ha avanzado muchísimo, con el registro único que cuenta con 500 inscriptos y aquellos 41 que ya recibieron las motocarros, a quienes les hacemos entrevistas periódicas, mantenemos un contacto frecuente”.

Los beneficiados, al tiempo de recibir la unidad motorizada, les han comentado que “esto les ha cambiado rotundamente la condición de trabajo, la condición de vida, su fuente de ingreso e incluso se ven muy conformes al ver el estado de los caballos que ellos mismos han dado en adopción, que muchos de ellos incluso han dado cría”.
Por esto mismo, Armanazqui consideró que “el programa está dando sus frutos” y mencionó que también “tenemos un registro único de adoptantes”. Esto quiere decir que las personas que quieran adoptar un caballo, tengan el espacio físico necesario y los recursos requeridos para cuidarlo, “se pueden inscribir en el registro y recibirán estos caballos a medida que se vayan entregando las unidades de los motocarros restantes”, dijo su encargado.