Cada uno de estos jóvenes fue hospedado por una familia, aprendió el idioma, la cultura, las costumbres típicas de nuestro país y asistió a un establecimiento educativo donde cursó el año escolar.
Los jóvenes que se llevaron grandes experiencias de la vida local son Bogi (de Hungría), familia Carubia, Colegio Capuchinos; Emma (de Dinamarca), familias Godoy y Niez, Colegio Mitre; Flavia (de Italia), familias Iberti y Rodríguez, Escuela Comercio Nº1; Nele (de Alemania), familias Hartwig y Castro, Instituto María Auxiliadora de Chajarí; Olivia (de Italia), familias Flores y Oneto-Delaloye, Colegio Capuchinos; Oreste (de Italia), familias Zalazar y Rodríguez, Colegio Los Naranjos; Sven (de Alemania), familia Raggio, Colegio Capuchinos; Ulle (de Finlandia), familias Herran y Castro, Instituto San José de Chajarí; Giulia (de Italia), familias Berthet y Bohme, Escuela Francisco Ramírez de San Salvador; Silvia (de Italia), familia Bernard, Escuela Agrotécnica José Hernández, de General Campos; Beatrice (de Italia), familias Corbalán y Badaracco, Colegio San José Adoratrices. American Field Service (AFS) es una organización internacional de base voluntaria, no gubernamental, sin fines de lucro, que promueve oportunidades de aprendizaje a través de los intercambios estudiantiles, con programas educativos que constituyen una verdadera ventana al mundo y permiten demostrar que conocer las diferentes culturas es una experiencia sumamente enriquecedora. Funciona sobre la base de tres pilares fundamentales: el voluntariado, las familias anfitrionas y los establecimientos educativos.
Los voluntarios son personas comprometidas con la misión y los valores de AFS, que dedican con mucha pasión su tiempo para desarrollar tareas que promueven la educación intercultural y, a su vez, adquirir conocimientos y destrezas a través de su labor voluntaria.
Ser familia anfitriona es una oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento para toda la familia, que de manera natural y económica se vincula con un entorno cultural diferente.
Miles de familias en el mundo entero abren las puertas de sus hogares para recibir a un estudiante extranjero. Así comparten sus alegrías y sus pesares, sus ilusiones y sus proyectos, y de forma conjunta, aprenden a derribar las barreras que aún hoy separan a los pueblos. De esa forma, acaban creando lazos de amistad, que duran para toda la vida.
Los establecimientos educativos también cumplen un rol fundamental, ya que acogen al estudiante de intercambio y permiten de esta manera implementar la interculturalidad en el aula.
AFS prepara a sus participantes para que actúen como ciudadanos globales, que trabajen en pos de la paz y el entendimiento, basándose en los valores de dignidad, respeto por las diferencias, armonía, sensibilidad y tolerancia. Con más de cien años de historia, AFS, a través de las familias, los voluntarios y las comunidades educativas, ayuda a miles de jóvenes a hacer de una experiencia intercultural, la mejor etapa de sus vidas. Y es así como “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.