“La familia definió que testimonios iban, y Gisela Romero se encargó de ordenar toda esa información. En sí hay de todos, porque hay familias que no participan o que no asumen a su familiar detenido y luego desaparecido”, sostuvo la concordiense integrante de la Asociación de Familiares y Amigos, agregando que “así es que hay historias más largas y más cortas, pero de todos hay algo”.
Laura Méndez, hija de desaparecido “Toto” Méndez hizo el diseño del libro, mientras que Nicolás Pasarella tuvo a su cargo el diseño de la tapa. A ellos se plegaron muchos otros concordienses con su tiempo y ganas de colaborar a plasmar estos relatos.
“Esta idea viene de mucho más tiempo atrás, porque uno de lo que más estimuló el proyecto cuando salieron las leyes de obediencia de vida y punto final fue Hernán Orduna” ex Intendente de Concordia, mencionó Subovsky, subrayando que “él insistía que había que dejar registros escritos de los compañeros”, lamentando que durante la crisis del 2001 se produjo un “achatamiento del tema y luego cuando cuando Néstor Kirchner asume se anulan las leyes, se reabren los juicios y eso implica un ‘abrir las puertas’ del interior de cada uno, para que estas cosas empiecen a aparecer y ahí comienza a retomarse la idea de este libro”.
Así mismo, Estela Solaga- hermana de Julio Solaga – indicó que el objetivo que perseguían era “ir más allá de lo que es el nombre. Siempre se los nombraba y entonces este año pudimos lograr colocar las fotos de ellos para que sus rostros sean reconocidos en el Paseo de la Memoria”, situado en la Costanera de Concordia.
A la vez que narró que “fue un proyecto que comenzó hace tres años”, reconociendo incluso que “a cada familiar nos costó mucho escribir sobre su familiar. También a sus amigos, sus compañeros de estudio y de trabajo”. Enfatizando sobre el final: “la iniciativa fue nuestra y nosotros como asociación le pedimos a Gisela Romero que haga el trabajo de compilación, de corregir, escribir y todo lo que requiere realizar un libro”.