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En enero empezó a escuchar un canto raro que no podía distinguir. Grabó, pasó el sonido a los ornitólogos del Club de Amigos de las Aves Silvestres de Entre Ríos -CAASER-.

Tras varios intercambios infructuosos, Verón recibió el llamado de Raúl Spais, miembro de ese Club y uno de los más notables expertos en la grabación de trinos en el país. “Es este”, le dijo. Estaban ante un pájaro de Cuba y varias islas centroamericanas, que decidió visitar Feliciano en una de sus largas migraciones.

El añapero querequeté, cuyo nombre científico es Chordeiles gundlachii, es una especie de atajacaminos (también llamados dormilones, chotacabras), que emprende vuelos kilométricos hacia el sur pero llega a Venezuela, a Brasil, no a la Mesopotamia argentina. Aunque el registro es muy reciente, los ornitólogos entienden, hasta ahora, que nunca fue visto en nuestro país.

Aire de chacarera

“Me di cuenta de que era muy raro, no coincidía con nada de lo que conocíamos. Los grabé, andaban todas las tardecitas, volaban algo, con esa forma de vuelo errático de los dormilones buscando insectos; más tarde siguen volando, pero ya no vocalizan”, detalló la profesional a Diario UNO.

“Andaban dos, anoche se vieron tres. Lo relevante es cómo aparecieron acá, si son de la zona caribeña y viajan al Amazonas pero esta vez parece que se pasaron de largo. Seguramente hay más, no creo que vengan solos. Cabe la posibilidad de que vinieran con otros, con la especie añapero boreal que sí llega hasta nuestra región e incluso la provincia de Buenos Aires. Tal vez volaron juntos en las mismas bandadas”, arriesgó Verón.