Una vez recibida la causa, en forma inmediata la Dra. Ramponi, Jueza Federal de Concordia, ordenó - en función de la urgencia del caso - requerir a los Bomberos Zapadores de la Policía de Entre Ríos y al Jefe del Batallón de Ingenieros Blindado 2 de Concepción del Uruguay que, conforme los protocolos vigentes, procedan al traslado y detonación, tomando los correspondientes recaudos de seguridad. Lo cual finalmente fue realizado en la sede del Ejército Argentino en Chajarí.
Según se precisó a Diario Río Uruguay, para determinar cómo fue que un proyectil de 155 mm terminó en un campo y sin detonar, desde el Juzgado Federal con sede en Concordia se ordenó el levantamiento de posibles huellas por parte de personal de Criminalística de la Policía de Entre Ríos y la realización de un amplio informe a fin de ahondar en la investigación.
De acuerdo a lo que pudo establecer este medio, el proyectil es de un calibre de 155 mm y forma parte de los que utilizan algunos cañones del Ejercito Argentino en destacamentos como el Grupo de Artillería Blindado 2 "Mariscal Francisco Solano López", con asiento en la ciudad de Rosario del Tala. Son proyectiles que, dependiendo del elemento que lo dispare, puede tener hasta un alcance de 20 kilómetros de distancia y fueron de gran utilidad durante la Guerra de Malvinas.