Niderhaus declaró enfáticamente que “como fiesta, la edición 31ª no será este año". Explicó que, a principios de año, cuando se empezó a tomar conocimiento de la presencia de la Gripe Aviar en Argentina, no tenían certeza sobre el grado de consecuencias que esta enfermedad podría acarrear.
Sin embargo, “era evidente que la actividad económica de la ciudad y la región se encontraban en juego”.
El primer caso en ponedoras se reportó a finales de febrero en Neuquén y para el 14 de mayo, la enfermedad había llegado a la zona de Crespo. Durante estos meses, se mantuvieron comunicaciones entre la Asociación Civil Crespo Capital de la Avicultura, la Municipalidad de Crespo, las empresas Calisa; La Agrícola Regional; Tecnovo; entre otros; y se llegó a la conclusión de que lo más sensato era cancelar la fiesta este año, dado el fuerte impacto en la parte industrializadora del sector, que afecta a productores y macro-sponsors de la fiesta.
“La decisión se tomó de manera conjunta”, indicaron al tiempo que subrayaron que es una decisión de "responsabilidad y austeridad".