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Héctor Scheytt aseguró que los profesionales están teniendo problemas con insumos importados tales como la recina para los arreglos o los materiales para los tratamientos de conductos, entre otros.

La crisis cambiaria y financiera por la que atraviesa la Argentina afecta la práctica odontológica de manera directa. Según explicó Scheytt, casi todos los productos que utilizan odontólogos y odontólogas son importados. La escasez de dólares impacta en la oferta de los insumos y genera faltante de materiales en los consultorios. Pero lo que también está sucediendo en esa profesión es la conducta especulativa que se evidencia en otros rubros como el comercio.

“A veces los insumos están, pero los fabricantes o distribuidores no quieren venderlos porque no saben qué dólar van a pagar cuando tengan que reponer” contó el profesional a Radio Ciudadana. “Lo mismo pasa con equipamientos, pero ahí es más clara la especulación de la parte empresarial”, aseguró.

“Lo que nos dice la cámara de insumos odontológicos es que no saben con qué dólar van a reponer las nuevas importaciones que hagan, porque cuando importaron fue con el dólar oficial, pero el tema es la reposición”, precisó aunque reconoció que las importaciones deberían regirse siempre con el tipo de cambio oficial, por lo que no debería haber lugar para la especulación.

En cuanto a los insumos, explicó que los descartables no son un problema, tampoco la droga para la anestesia, pero sí por ejemplo los envases, que son importados. Esta situación llevó a que en algunas provincias como Salta se hayan cerrado algunas casas dentales por falta de insumos. Scheytt descartó que esa sea la realidad en Entre Ríos.

“Tenemos stock para un mes, dos meses, y creo que esto se aclarará pronto. Esperamos que el gobierno tome las medidas necesarias para que los importadores tengan un valor de un dólar de referencia y se retomen las ventas”, pidió.

Finalmente, el odontólogo indicó que las importaciones de materiales odontológicos no representan una cifra significativa en la demanda de dólares en la Argentina. Según contó, no serían más de 120 millones de dólares anuales. “Lo que se necesita es saber con qué valor se va a importar, nada más”, concluyó.

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