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Su conmemoración, cada 2 de julio, se debe a la llegada de los primeros inmigrantes suizos a la Colonia San José, provincia de Entre Ríos, fundada por Urquiza en 1857 y se toma como punto de partida de la crianza de aves en forma organizada como economía familiar.

Casi el 90 % de la actividad avícola se concentra en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, el resto se distribuye en Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Río Negro, Chubut, Salta, Jujuy y Tucumán.

Asimismo se destaca que Argentina cuenta con un excelente status sanitario, y es un país libre de Influenza Aviar y Enfermedad de Newcastle, lo que además permite exportar a una gran cantidad de países, incluidos los más exigentes. Los principales destinos de exportación para los productos aviares nacionales son China, Países Árabes, Sudáfrica, Chile, Singapur y Vietnam.

En ese marco, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) trabaja en la vigilancia epidemiológica, en la certificación para la exportación, habilita y verifica granjas, plantas de incubación, de alimento, de faena e industrialización de huevos.

Además implementa medidas de bioseguridad alcanzando a todos los eslabones de la cadena de producción avícola, para mantener y fortalecer el status y asegurar la inocuidad y calidad de los productos aviares.

El programa de Sanidad Aviar del Senasa implementa actividades enfocadas a la prevención y la detección temprana de estas enfermedades.

En este sentido, el Senasa se apoya en los dos pilares fundamentales de su sistema de vigilancia epidemiológica; la vigilancia pasiva y la vigilancia activa. Un sistema de vigilancia epidemiológica sensible y actualizado, permite al Senasa demostrar la ausencia de estas enfermedades de alto impacto productivo y comercial, y renovar anualmente la condición de país libre.

Asimismo, ante el eventual ingreso a la Argentina de alguna de ellas, este sistema posibilita la detección temprana y su contención mediante una rápida respuesta oficial a la emergencia.