Esta medida fue confirmada para el presente año 2022 por Resolución CARU Nº 29/22 que modifica el Artículo 2º de la Nº 59/2012 y queda redactado de la siguiente manera: “Establécese como período de veda para la protección de la especie Dorado (Salminus Brasiliensis) en sus modalidades comercial y deportiva, en el lapso comprendido entre los días 1 de Septiembre y 31 de Diciembre del corriente año 2022”.
En este sentido, en la fundamentación de la mencionada resolución, destacan que el Dorado realiza migraciones reproductivas regulares en los ríos de las cuencas donde todavía habitan. El período reproductivo en nuestra región es en la primavera y el verano, por lo que se establece la veda estos cuatro meses para proteger la época del desove y aumentar así la eficiencia reproductiva.
La CARU recuerda que la mencionada Resolución, se enmarca en las tareas de preservación de la Biodiversidad y la conservación de los recursos ícticos del Río Uruguay que desarrolla la Comisión Administradora del Río Uruguay, por mandato del Estatuto del Río Uruguay.
La decisión fue publicada en el Diario Oficial de la República Oriental del Uruguay y el Boletín Oficial de la República Argentina.
Informe de asesores
Para fundamentar esta Resolución, en el marco del "Programa de Conservación de la Fauna Íctica y los Recursos Pesqueros del Río Uruguay", en el curso del presente año 2022 desde CARU se han promovido reuniones de trabajo de las que participaron los Asesores de los Organismos específicos de cada Estado Parte, habiéndose expedido informes de carácter técnico producidos por los Departamentos de Ambiente y de Hidrología dependientes de la Secretaría Técnica de la CARU. Los informes postulan la continuidad de la veda del Dorado en época reproductiva en base a idénticos argumentos que los esgrimidos en años anteriores y que fundaran las sucesivas prórrogas de esta veda.La información aportada define la continuidad del escenario de bajante sostenida de la totalidad de la Cuenca del Plata, la que se ha venido registrando en los años 2019, 2020, 2021 y el presente 2022. Afirman que ello puede constituir una amenaza potencial para las poblaciones de peces en general y para las de interés comercial y deportivo en particular, en razón que estas últimas se tratan de especies que dependen de caudales de cierta magnitud para alcanzar un resultado de exitoso reproductivo .
A ello debe sumarse la bajante pronunciada y sostenida de los niveles del río, expone a los peces a un mayor estrés y mortalidad natural, así como a la de una mayor vulnerabilidad a su captura.