Al tiempo que agrega que “a diferencia de otras, contiene, entre sus toneladas de hierro y hormigón, el espíritu de visionarios que proyectaron ideas para el beneficio de ambos países, y de hombres y mujeres que lucharon durante décadas para que los acuerdos que establecen el desarrollo de una región se conviertan en una realidad, concretada finalmente por el esfuerzo de trabajadores provenientes de todo el mundo”.
“Se trata de una fecha histórica en la vida de la Región y ambos países. La inauguración de Salto Grande con la puesta en funcionamiento de la última turbina significó el comienzo del cumplimiento de una gran parte de aquellos principios del convenio de 1946 que señalan el por qué y para qué del organismo”, expresó el presidente de la Delegación Argentina, Luis Benedetto, quien además agregó que “no es solo la culminación de una generadora de energía eléctrica, sino la materialización del esfuerzo y el empeño de quienes fueron visionarios y lucharon durante años para llevar desarrollo a las comunidades y sus habitantes”.
“Salto Grande es un patrimonio invaluable de la región, una obra ejemplar en el mundo por su historia, sus principios, su capacidad generadora y su función estratégica como motor de crecimiento para ambos países”, concluyó Benedetto.
En tanto, el presidente de la Delegación de Uruguay, Carlos Albisu señaló que “hoy conmemoramos 38 años de lo que fue el resultado de muchos años de trabajo y compromiso por parte de los vecinos de la Región, que junto a la perseverancia de los pioneros, pensaron siempre en el desarrollo de los pueblos e hicieron posible que Salto Grande sea una realidad concreta”. Señaló además que “esta obra cuenta con la particularidad de haberse gestado en conjunto con trabajadores provenientes de todo el mundo. Corresponde honrar y agradecer a quienes días y noches, durante nueve años, llevaron a cabo una ardua labor”.
“Salto Grande no solo abastece con energía a más de un millón de familias en Argentina y Uruguay, sino que cumple su compromiso inclaudicable de potenciar a ambos países a través de las disposiciones naturales de la Región, y se gestó gracias a la fuerza de aquellos hombres y mujeres que se manifestaron para que sea una realidad y no solo un buen proyecto”, cerró Albisu.