El estado económico que atraviesa el país, con la mayoría de sus actividades detenidas por el aislamiento social preventivo y obligatorio, ha perjudicado directamente al sector, debido a su incapacidad de “realizar viajes completos de carga, con ida o vuelta vacíos” lo que aumenta los costos. Además, por la gran disminución “del trabajo de fletes, las cadenas de pagos se han cortado, con una gran cantidad de cheques rechazados (aproximadamente un 65%)” provocando una “situación sumamente crítica” para los trabajadores.
Por otro lado, se suma también a la causa que “las monopólicas empresas petroleras multinacionales y nacionales no están bajando los precios al surtidor, lo que ayuda a socavar nuestra economía”.
Por esto, los transportistas “reclamamos a las autoridades municipales, provinciales y nacionales, un justo paliativo económico, incluyéndonos dentro de las ayudas económicas” ya que “como nuestra actividad no fue paralizada del todo, no nos consideran y piensan que estamos salvados cuando no es así”.
Asimismo, solicitan que “se baje el costo real del combustible al surtidor” y que se los incluya “dentro de las ayudas económicas otorgadas a otros sectores de la economía”.