En su oración ante la imagen de la Virgen del Rosario, el cura propuso realizar un exorcismo, por el que exclamó “te expulso, pestífera epidemia del coronavirus, por Dios Padre, omnipotente; por Jesucristo, su único hijo; por el Espíritu Santo, que procede de ambos, para que te alejes rápidamente de nuestros campos, pueblos, ciudades, de nuestros hogares y no permanezcamos más en ellos, si no que te vayas a otro lugar en el cual no puedas hacer daño a nadie. Para que a cualquier parte donde vayas seas expulsada y desaparezcas de tal manera que no se encuentren más rastros de vos en ningún lugar”.
Asimismo, al momento de suplicar a la Virgen Patrona de la ciudad, se arrodilló ante un atril y pidió “que ella aleje también la pandemia del coronavirus” sugiriendo a la comunidad que solicite que “Nuestra Señora del Rosario, fundadora y patrona de Paraná, así como hizo el milagro cuando llegó aquí, alejando a los indígenas por intercesión del primer párroco y también en un momento de sequía” aleje ahora “esta pandemia”.
A modo de prevención, la celebración se hizo sin público, respetando las normas vigentes, con la sola participación del párroco y de algunos feligreses que guardaron la distancia social necesaria.