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El ministro de Salud de Corrientes, Ricardo Cardozo
El pasado miércoles, el gobernador correntino Gustavo Valdés (UCR- Juntos por el Cambio) convocó a una conferencia de prensa. A esa fecha, la provincia llegaba con dos jornadas récord en nuevos casos de COVID-19 (cifras que luego fueron superadas en los días posteriores) y con la confirmación de un elevadísimo porcentaje de la peligrosa cepa Manaos entre los contagiados.

Un día después, el presidente Alberto Fernández declaró la Fase 1, con medidas aún más restrictivas –que entraron ayer en vigencia-, y solicitó el acompañamiento de gobernadores e intendentes. En el caso concreto de Corrientes, siete departamentos, entre ellos Capital, fueron declarados como de “Alto Riesgo Epidemiológico”.

Con las primeras horas de estas medidas, el Ministro de Salud de esa provincia, Ricardo Cardozo, analizó el avance del mal pandémico y no dejó lugar a dudas que, ante este escenario, “tenemos que preocuparnos. Es el momento del pico máximo de la segunda ola”, fue en ese contexto donde trajo a colación que “la evolución epidemiológica de cada tanda de infectados es, por lo menos, de 14 días”, por lo que “ojalá logremos resultados pronto, pero lo más probable es que tengamos que agregar días de restricciones”.

También reconoció que ni los pronósticos más pesimistas acertaron esta situación. Se esperaba un escenario difícil, “pero no de esta magnitud. Por supuesto que nadie acertó, todos erramos”. Insistiendo en que todos hablaban de una segunda ola, “pero no con esta dimensión”. Subrayando que “uno nunca sabe el tamaño que tendrá”.
Fuente: Diario Época (Corrientes)