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“Tenemos que equilibrar el precio del surtidor que paga la gente, que tiene un componente bastante complejo de determinar, con el plan de inversiones que la Argentina necesita en materia de producción de gas y petróleo”, dijo el presidente de la compañía, Pablo González.

El presidente señaló que, si la empresa traslada al valor del surtidor el precio internacional del barril de petróleo, que cerró en US$69, el litro de nafta costaría $130, mucho mayor a los actuales $85,7, que vale.

“Queremos darle previsibilidad al sector. Por eso le pedimos a la gente un esfuerzo, pero garantizándole que estos aumentos son los últimos del año y que vamos a poder invertir lo que YPF necesita para producir gas y petróleo, e impedir que se importe combustible”, dijo González en diálogo con Radio 10.

La petrolera con control estatal se estableció como compromiso no aumentar los precios en el año más de lo que está proyectado de inflación en el presupuesto; es decir, un 29%. De hecho, anunció que los combustibles subirían 28,1% en todo 2021. En lo que va del año, sin embargo, los precios ya aumentaron 27,2% (muy por arriba de la inflación acumulada para el mismo periodo, de alrededor 17%).

Las subas incluyen también el alza de impuestos a los combustibles, que autorizó la Secretaría de Energía, y la actualización del valor de los biocombustibles, que impactan en el surtidor de manera directa.