Milito en el radicalismo desde los 12 años, he trabajado en numerosas instituciones intermedias apoyando actividades culturales, deportivas o instituciones educativas, cooperadoras, en cooperativas, centro de estudiantes, en la universidad. Trabajo como profesional independiente asesorando a empresas, organismos y asociaciones.
Esta experiencia me da la convicción que quiero humildemente expresar.
El nuevo radicalismo debería dejar de lado las críticas destructivas y comenzar a realizar propuestas. Debemos alejarnos de los anti (anti peronismo, anti K) y empezar a construir propuestas a favor de nuestro pueblo. Debemos profundizar el camino que legamos de nuestros mayores, que luchaban en contra de las minorías elitistas. Tenemos los ejemplos vivos de Alfonsín o un poco más allá con Irigoyen que aglutinaron al pueblo a favor de los intereses nacionales y populares. Eso sí, sin transar con la demagogia y el populismo.
La sociedad quiere ver un radicalismo como opción de gobierno, que construya y trabaje como alternativa.
Esa alternativa se construye desde el lugar que a cada uno le toca. En mi caso, mi cuidad. La Unión Cívica Radical de Concordia debe trabajar y convocar a las personas que con ideas propongan una ciudad mejor. Encontrar puntos que nos unan y sobre esos puntos profundizar en una red que contenga a los todos. Sin sectarismos.
No creo que debamos ser oficialistas, pero existen tanto en el gobierno como en instituciones intermedias personas que trabajan en pro de la comunidad. Apoyémoslos decididamente, busquemos referentes sociales válidos.
En esta ciudad la población ha elegido al radicalismo en 1997 y 1999 votando propuestas progresistas, se nos han retirado muchos afiliados que hoy, encuentran, en el oficialismo o en otras alternativas opositoras mejores propuestas. Esto se debe a nuestros propios errores.
Basta de críticas por la crítica misma. Es hora de realizar propuestas y de plasmarlas con amplitud, sumando las distintas visiones que puedan enriquecer nuestra mirada. Las diferencias no es la oportunidad para encontrar un enemigo, nos permite ampliar nuestro horizonte. La discusión será el método, el consenso será la herramienta que nos permitan construir políticas de Estados que permitan que Concordia tenga un rumbo de crecimiento. Si marcamos ese rumbo con conducta y de manera sostenida, los hombres y mujeres que hoy se alejan de la cosa pública encontraran un espacio para aportar.
Debemos estar en contra de los corruptos tanto oficialistas como opositores, debemos apoyar a quienes trabajan correctamente no importando de qué lado están. Nuestros enemigos son los corruptos, los que buscan el acomodo, el facilismo y la demagogia. Así también los sectarios, los absolutistas y los mediocres de la crítica sin compromiso.
Debemos participar en cada propuesta gubernamental seria, que se realice en pos de nuestra ciudad, pero debemos alejarnos de la demagogia y el populismo. No debemos adherir a actos donde se ensalce la división entre argentinos. No podemos estar en contra de alguien o algo debemos siempre estar a favor y realizar nuestra propia pro-puesta.
Por otro lado debemos dejar el internismo, debemos ser amplios construir la unidad en Concordia dejar las peleas internas que solo nos debilitan, debemos fortalecernos aquí para proyectarnos en la provincia. Conozco a cada sector interno del partido y creo que existe buenas propuestas en cada uno y solo rivalizan por los cargos, parece cada uno solo aprendió a restar.
Debemos trabajar en pos de las nuevas generaciones. Si sumamos voluntades con estos objetivos encontraremos mucha gente dispuesta; estoy seguro.
Quiero convocar con actitud militante y vocación de servicio a los concordienses de buena voluntad para abordar los temas más importantes de Concordia y trabajar en propuestas que se concreten en el corto, mediano y largo plazo.
Yo invito a cada radical, persona independiente, peronista, socialista, oficialista o opositor que se quiera sumar a construir propuestas, a difundir ideas, a trabajar en positivo a favor de nuestra ciudad y nuestra región.
Quiero formar una corriente de opinión que tenga por objetivo concretar propuestas, no busco un grupo filantrópico que le escape a la función pública o a los cargos electorales, pero que se proponga ocupar espacios políticos pero que no trabaje por el cargo como un fin en si mismo.
Los invito a construir un camino distinto. Hoy más convencido, como decía Alem El deber no se cumple sino haciendo algo más de lo que el deber manda.