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Los maleantes barretearon al menos cuatro puertas, revolvieron y destrozaron la sala de maestros para ingresar en el sector de jardín de infantes, donde robaron y se comieron hasta los alfajores destinados a los nenes. No conforme con ello, defecaron en el patio de la escuela.

Elizabeth Echevarría, directora de la entidad, señalo que esta vez ingresaron por el muro que da a un baldío, para una vez allí hacer lo que quieren con todo el tiempo disponible. "La policía siempre colabora, en todo momento cuando los llamamos siempre están presentes”, reconoció. “Pero el tema es que las veces que llevan a los delincuentes a tribunales, los sueltan enseguida", reprochó.