Se pudo volver a ver manadas de saqueadores a bordo de motos y automóviles que circulaban esa noche, y que cesaron en los delitos tras la llegada de una abundante lluvia esa madrugada.

No faltaron los videos de los comerciantes del centro de la ciudad armando barreras humanas portando palos y fierros sobre distintas calles del microcentro. Las barricadas con tablas y containers de basura sobre calle Entre Ríos o Urdinarrain reflejaban el temor al ingreso de los saqueadores. 

Las filmaciones de los informativos locales exhibían a estaciones de servicios sobre avenida San Lorenzo con la luz apagada, interrumpiendo la atención al público antes de la medianoche del domingo, para protegerse de los robos.

El clima desolador se reflejaba a la mañana siguiente en la cara de los concordienses que caminaban las veredas, y que apuraban sus movimientos para cargar en camionetas y autos todo lo que cabía, vaciando sus locales y tapiando las vidrieras.

Las escenas plasmaron así mismo la llegada de un importante cuerpo de la Gendarmería Nacional en el mediodía del lunes a la sede de Avenida Robinson, para rápidamente ubicarse en lugares estratégicos de la capital del citrus y patrullar las principales calles.

Por la tarde de ese lunes 9 el pánico por una nueva noche con escasa presencia policial se trasladó  a los barrios, donde calles por ejemplo del barrio Universidad estaban interrumpidas para el tránsito de todo tipo de vehículos. Las filas en los negocios que se animaban a atender al público se extendían varios metros.

No pasaron desapercibidos -para los medios de prensa que dan cobertura contínua a este juicio- cómo algunos de los agentes imputados restringían con insultos el trabajo que intentaba hacer la prensa local por esas horas frente a la Jefatura de Policía.

En el material recabado por la fiscalia y que debió previamente ser comprimido reflejó en sus audios el sonar de las sirenas de los patrulleros y de una autobomba de bomberos apostados sobre calle Pellegrini, mientras que el humo negro producto de la quema de neumáticos en la esquina de calle 1º de mayo escalofrió la piel de más de uno de los presentes.

Tras los saqueos, la justicia local pudo días despúes encarar una importante serie de allanamientos en varios puntos de la ciudad y meses más tarde llevar a juicios abreviados a varias personas y que tantas otras cumplan con una probation. 

Por el alzamiento policial son juzgados por estos días 18 policías que según las pruebas del fiscal instigaron públicamente a cometer delitos. Entre ellos figuran Daniel Chávez, Hugo Troncoso, José Orlando Troncoso, Esteban Cendra (excarcelado), José María Biderbós, Andrés Paredes, Ricardo Paredes, Luis Alberto Gómez, Luis Alberto Paredes, Luis Roberto Carlino, Diego Diferding, Manuel Coutinho, Juan Manuel Rosas, Carlos Rosas, Juan Pedro Lacuadra, Romeo Valdez, Alfredo Horacio Imaz y Carlos Daniel Zaragoza.