Marsicano se presentó en la audiencia vestido con
un jogging roído, musculosa y ojotas.
Al hacer uso de la palabra emitió un 
exabrupto sin especificar el destinatario.
 


Con una sala totalmente vacía -no había siquiera familiares de la víctima ni del imputado- a las 8,55 horas ingresó el tribunal encabezado por la Dra. Carolina Lopez Bernis, secundada por los jueces a Jorge Barbagelata y Eduardo Degano.

Los primeros en hacer uso de la palabra fueron los letrados que recientemente se hicieron cargo de la defensa, los abogados José Ostolaza y Martín Clapier, quienes insistieron en que tras las primeras entrevistas con su cliente dedujeron que “observamos conductas de una persona que no se podía desempeñar en ciertos aspectos de la vida”. Asumiendo que en el terreno de las causas no se podía descartar “el problema de su adicción”, pero especialmente apuntaron que se trataría “de un hombre que, a nuestro modo de ver, está sin capacidad de estar en el juicio”.

Allí señalaron que, de acuerdo a su perspectiva, las recientes pericias “dieron lugar a dos informes totalmente contradictorios”, por lo que solicitan una nueva suspensión del juicio para que un cuerpo médico del Superior Tribunal de Justicia (STJ) realice una pericia más detallada. En rigor, el único informe que benefició a Marsicano fue el del perito aportado por la misma defensa.

Finalmente sumaron a ello los informes sobre el comportamiento del imputado en la Alcaidía Policial, donde serían habituales “delirios, persecuciones, abandono y suciedad”. Concluyendo que “acá no se postula una incapacidad que puede haber tenido en el momento de la criminalidad del acto”, sino en la situación presente para afrontar el juicio.

Seguidamente, tanto el fiscal Anibal Lafourcade como Marcos Rodríguez Allende -el abogado por la querella- rechazaron el pedido y solicitaron el inmediato inicio del juicio. En el caso de Lafourcade incluso observó que Marsicano “tiene comprensión para algunas cosas”, porque “sigue administrando una explotación agropecuaria y su voluminoso patrimonio”.

Por su parte, Rodriguez Allende advirtió que si continúan las dilaciones en el proceso, “en uno o dos meses le correspondería la excarcelación o prisión domiciliaria”, afirmando que “ese es el verdadero objetivo”, por lo que el planteo “debe rechazarse y dar inicio al juicio”.

Tras estos testimonios la Dra. López Bernis preguntó al imputado si tenía algo para manifestar, a lo que Marsicano -quien llamativamente vestía un jogging roído, musculosa y ojotas- respondió como gimoteando: “Ese viejo es un pito duro, eso quiero manifestar”.

Seguidamente la audiencia ingresó en un cuarto intermedio.