Al planteo se plegó Juan Pablo Aguilera, cuya defensa en un principio había dejado trascender que no lo haría porque la vía para plantear el reproche es el Superior Tribunal de Justicia (STJ), como lo prevé el proceso.
Finalmente el joven condenado a seis años lo hizo en tándem con su cuñado. En la sala estuvo Miguel Angel Cullen, no así Marcos Rodríguez Allende.
Cuando se concedió el recurso extraordinario federal casi al unísono se dijo y publicó que Sergio Urribarri acababa de consagrar su impunidad y no pisaría una unidad penal porque la Corte Suprema de Justicia de la Nación -con sus tiempos- haría posible que el ex gobernador alcance los 70 años, para evitar dormir en otro lado que no sea su casa. Con solo repasar el proceso se advertía que aún restaba una resolución de la Cámara de Casación, que fue la que dictó la detención.
El hábeas corpus es una herramienta que busca proteger la libertad de las personas ante detenciones irregulares o ilegales. Es una figura fundamental que se aplicó en la última dictadura militar. Lo que sucedió este martes fue producto de un fallo que puede gustar o no, pero además se haber sido emitido por un organismo competente puede ser reprochado en otra instancia que prevé el sistema, el STJ.
La defensa del hábeas corpus fue casi nula en argumentación jurídica. Burlando no estuvo, aunque se conectó por Zoom. Sostuvo que los argumentos de Casación para dictar la prisión preventiva “nada más lejos” de lo que corresponde según su óptica.
“Se buscó desde los albores una foto y era la de Urribarri preso”, dijo y afirmó que “la presunción de inocencia no desaparece frente al dictado de una condena. Menos aún, no existiendo ningún riesgo procesal concreto, esto es lo que muestra la historia y la actitud de Urribarri. Nunca vi semejante inadmisible posición frente al tratamiento de una situación procesal de acusado. Lo de Urribarri nos retrotrae a un Estado sin justicia, ni garantías ni derecho”, señaló ante los argumentos de peligro de fuga que esgrimió la Cámara que depositó a su defendido en la Unidad Penal N°1 de Paraná.
La libertad o la continuidad de la prisión preventiva están en manos de la Sala Penal del STJ, a donde se apelará lo resuelto este miércoles.
Horas antes a que Bacaluzzo resuelva, se dijo de ella que al haber perdido un concurso y volver a su lugar de relatora de la vocal Claudia Mizawak, fallaría en favor de Urribarri porque la integrante de la Sala Penal sería la autora de las buenas noticias para el ex gobernador, con quien el teléfono está cortado hace un par de años pero, no obstante, se excusó de atender en sus causas.
