El Tribunal Oral Federal de Paraná había ordenado su captura el jueves de la semana pasada, después que la Cámara Federal de Casación Penal rechazara un recurso extraordinario para revisar la condena. Pero Montiel no fue localizado en los domicilios que se le conocían en Concordia ni en otras localidades cercanas donde también está vinculado, entonces se lo declaró en rebeldía y luego prófugo.
Ahora sí el hombre comenzará a cumplir una condena de cuatro años de prisión que le impuso el tribunal oral el 29 de octubre de 2012 por la captación y traslado de una persona mayor de 18 años con fines de explotación sexual, mediante el abuso de una situación de vulnerabilidad, en El Desafío, el prostíbulo que regenteaba en Concordia.
Además, el tribunal debe imponerle a Montiel una condena por el regenteo del prostíbulo en el que fue hallada la joven misionera de 19 años víctima de trata, ya que la cámara de casación anuló la absolución que le habían dictado en el juicio y dispuso condenarlo también por la infracción a la Ley de Profilaxis Antivenérea, vigente desde 1937. Los jueces Noemí Berros, Lilia Carnero y Roberto López Arango deben imponerle al hombre una multa que podría ser de hasta 25.000 pesos.
Joven misionera
Montiel, alias Pito, fue detenido tras la denuncia de una joven misionera de 19 años a la que reclutó el 6 de mayo de 2009 en la localidad de San Vicente, mediante una falsa promesa de trabajo como niñera o empleada de casas de familia, y trasladó hasta Concordia.
En su declaración la joven dijo que una vez en la ciudad entrerriana la llevaron al prostíbulo El Desafío, la encerraron en una habitación y le dijeron que debía mantener relaciones sexuales a cambio de ropa, comida y alojamiento. Al día siguiente logró escapar. Un matrimonio le dio cobijo y el hombre la acompañó hasta la terminal de ómnibus, ya que la voluntad de la joven era regresar a su pueblo.
El caso se judicializó porque la boletería donde la joven debía comprar el pasaje de regreso estaba cerrada y el hombre la dejó en custodia de un policía y éste dio aviso al Comando Radioeléctrico.
En el juicio, otra joven que trabajaba en El Desafío señaló a Montiel como quien estaba a cargo del prostíbulo, lo presentó como su “patrón” y dijo que era quien les pagaba por los “pases” y “copas” que hacía. Los “pases” consistían en tener relaciones con los clientes y las “copas” se limitaban a la atención de las mesas. A partir del caso de la joven misionera se comprobó que también era quien seleccionaba a las mujeres que ejercían la prostitución en sus locales.
En el juicio fue condenado a cuatro años de prisión, pero en los días previos a que se conociera la sentencia protagonizó otro episodio.
Después de los alegatos, y antes de que tribunal oral dé a conocer su veredicto, llamó varias veces por teléfono a los jueces para amenazarlos. Solo logró comunicarse con Noemí Berros y Lilia Carnero, a quienes amenazó de muerte si lo condenaban, e indirectamente lanzó amenazas contra el tercer integrante del tribunal, Roberto López Arango, y hacia el fiscal José Ignacio Candioti, con quienes no llegó a comunicarse.
Montiel fue condenado pero los jueces decidieron que continuara en libertad, pero denunciaron las amenazas ante el juez federal Leandro Ríos, quien luego lo procesó por cinco hechos que constituyen coacciones calificadas. Por ese episodio volverá a ser juzgado en breve.
Fuente: El Once