El conflicto comenzó en el interior de la vivienda -ubicada en calle Dr. Alda- cuando el joven no encontraba su celular, por lo que discutió con su madre a la que quiso romperle el televisor. El espíritu irascible no se calmó ni siquiera con la intermediación de su hermana, que fue agredida en la discusión. Tras ello se encerró en su habitación y puso fin a su vida de un disparo.
El conflicto comenzó en el interior de la vivienda -ubicada en calle Dr. Alda- cuando el joven no encontraba su celular, por lo que discutió con su madre a la que quiso romperle el televisor. El espíritu irascible no se calmó ni siquiera con la intermediación de su hermana, que fue agredida en la discusión. Tras ello se encerró en su habitación y puso fin a su vida de un disparo.