Ante esta situación, Escobar consulta a los pequeños el porqué de sus acciones a lo que ellos responden que “la seño hace eso con nosotros” y con total inocencia comienzan a relatar lo que para ellos se habría transformado en una práctica asimilada. Indicando que la maestra “nos da besos en la boca y nos acaricia”, especificó uno de los menores de acuerdo al relato de la abuela.
De inmediato, la abuela pone sobre aviso a la madre de los niños y se trasladan a los tribunales de la ciudad de Concordia, donde realizan la denuncia de lo sucedido en esta colonia de vacaciones ubicada en calle 9 de julio, entre calles Hipólito Irigoyen y La Rioja.
Interviene en la causa el fiscal Miguel Vila, quien ordena que uno de los menores sea revisado por el médico forense constatándose que no presentaba lesiones y por tanto se estable que no habría acceso carnal.
La causa continuará su curso investigativo y en los próximos días los menores serán atendidos por un cuerpo de psicólogos que determinarán si los niños podrían ser sometidos a Cámara Gesell, debido a su corta edad.