Por ese motivo, al no haber ingresado a esa instrucción de resucitamiento, personal de la Guardia Urbana no los dejó ingresar a la piscina del Hotel San Carlos, “a pesar de que se habían inscripto a la reválida organizada por el municipio”. No obstante, el propio Álvarez reconoció que 8 de los 65 guardavidas inscriptos en el listado del sindicato aceptaron la prueba e ingresaron a nadar. Según el dirigente, “lo hicieron porque hay una interna en el sindicato y, además, por miedo a perder el trabajo”.
El meollo del conflicto radica en que el sindicato desconoce la reválida que realiza la municipalidad, regida por lo que hoy establece la cartera de Deportes de la provincia, ya que, según afirman los reclamantes, realizaron una por cuenta propia con supervisión de la Escuela de Guardavidas. Por ello, realizaron una contrapropuesta de cuatro puntos para intentar llegar a un acuerdo. Sin embargo, desde la municipalidad no hubo respuesta alguna.
El punto más conflictivo es el que obliga a los rescatistas a nadar 200 metros crol en un tiempo de 4 minutos. Álvarez es consciente de que hay muchas críticas de la sociedad respecto de que están “gordos” o que “no están entrenados”. “Los guardavidas no son nadadores de velocidad. Te aseguro que mandas a un nadador de velocidad a sacar una persona del agua y no puede”, resaltó.
Ante este escenario, el Secretario General del SUGARA, Franco Álvarez, señaló a Diario Junio que este viernes “se hizo la presentación en el Juzgado Laboral”, señalando que desde el sindicato “confiamos en la Justicia y la Justicia dirá quién tiene la razón. Sabemos que el derecho laboral nos cubre. Acá hay gente con 15, 20 y hasta 25 años en el municipio que tiene recibo de sueldo, es personal con contratos con aporte”, explicó.