Según sus palabras, desde el municipio “verificamos el funcionamiento de esos comedores, controlamos la cantidad de personas a las que se les cocina y, a partir de eso, calculamos una dieta”. Asimismo, reconoció que “hemos tenido altibajos presupuestarios y por momentos hemos podido mejor calidad de carne, por momentos no, pero hoy en día están bien abastecidos”.
A pesar de esto, Arístides destacó que la ciudad no solo cuenta con comedores municipales, sino que existen casos administrados por nación, por provincia y por diferentes instituciones, pero “la gente busca una respuesta respecto a la comida diaria y no saben si es provincial o municipal”. De esta manera, apuntó que “no es que hay un comedor que sea exclusivo de una institución en particular, sino que compartimos el público entre distintas organizaciones”.
Contexto local
Por otro lado, el secretario de Desarrollo Humano recordó que “salimos de una inundación, entonces parte de la asistencia a los evacuados vino de nación, gran parte vino de provincia y parte vino de nuestro presupuesto de alimentos”, motivo que podría haber ocasionado una falta de recursos en algunos casos, ya que “cuando tenes la frazada corta, tenes que darles un poco a todos y, seguramente, mermó algún comedor, pero no se dejó sin abastecimiento”.Además, comentó que Concordia cuenta con “una gran oferta de comedores”, ya que “tenemos comedores provinciales que son los escolares, después tenemos comedores provinciales, tenemos instituciones religiosas que dan de comer y después hay algunos comedores nacionales” que se suman a los 131 del municipio.
Comedores municipales
Por otro lado, el funcionario se refirió al número de comedores administrados por el municipio y manifestó que “es difícil que el estado pueda detectar al 100% los comedores que están funcionando, porque algunos son muy locales y hay mucha informalidad”.De esta manera, explicó que “si vos mañana abrís un comedor y se te ocurre darle de comer a 30 o 40 familias que están cerca de tu casa, no te vas a registrar en ningún lado si tenés alguna forma de sostener el abastecimiento de comida” y “si no se acercan al municipio a pedir comida, es muy difícil que nos demos cuenta de que tienen un comedor”. En el caso de que se acerquen, mencionó que “lo primero que tenemos que hacer es ver cuándo cocinan, en qué horario, ver cómo cocinan, qué tienen, qué les falta y ahí empieza la relación”.
Recursos
Por otra parte, Arístides indicó que “el municipio tiene pocos depósitos” para alimentos, por lo que “cuando recibe una ayuda de provincia, de nación o de la misma compra municipal, se deposita todo en esos mismos lugares”.A pesar de esto, aseguró que “tenemos todo inventariado, qué vino de nación, de provincia y de compra o licitación, pero a la hora de asistir a las personas en esta situación de emergencia, se arma la partida y se entrega, no se controla de donde viene”.
“Panza vacía”
Para Arístides, actualmente el municipio “tiene bastante aceitado” el mecanismo de los comedores, pero “hay cosas por mejorar siempre y nuestra verdadera aspiración apunta a que la gente coma en su casa, con su familia, como corresponde, pero se es un camino largo que hay que dar”, por lo que “queremos defender aquellos comedores que hacen las cosas bien, que cuidan los recursos, que tienen algún taller y enseñan otras destrezas, que se preocupan por el barrio”.Finalmente, aseguró que “el secreto está en recorrer las calles”, porque “cuando vos ya sabes cómo está conformado el barrio, la cantidad de gente, sus necesidades y tenes un diálogo, un vinculo directo con el vecino, tenés un termómetro de lo que les está faltando. Nos están faltando algunos barrios, pero conocemos las demandas de los que estuvimos relevando”.
En Concordia “no nos sobran recursos, pero tampoco vamos a dejar a nadie con la panza vacía”, valoró Arístides y remarcó que “la idea es estar detectando con esta llegada a los barrios en tiempo y forma esas alarmas y responderlas”.