“Se quemaron los dos dormitorios, parte del comedor, un oratorio y una despensa que teníamos”, precisó Petelin y valoró que “gracias a Dios yo estoy bien y pudimos salvar algunas cosas, sobre todo los libros de la parroquia, que son lo más importante”.
Desafortunadamente, reconoció que “se han quemado muchas cosas en la parte del dormitorio, ropa, libros, elementos personales”, así como también toda “la parte de la cocina”.
En el momento del fuego, el párroco se encontraba en el lugar, ya que “teníamos un problema de electricidad, así que desde las 7:00 de la mañana estaba el electricista acá”. Al respecto, reconoció que “no podíamos encontrar dónde había corto circuito, por lo que podría haber sido ahí donde empezó el problema”.