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Se trata de Leo Bonazzola Kloss, quien actualmente trabaja para una empresa argentina en el control de incendios, tarea que lo ha llevado a desempeñarse en siniestros declarados en países tan distantes entre sí como Alemania y Chile.

Chipre

Desde hace un mes, la empresa para la que trabaja mandó dos aviones a la Isla de Chipre, en el mar Mediterráneo. En esa zona del mundo se están viviendo días de intenso calor, en pleno verano, con una temperatura máxima que ronda los 38 grados. En efecto, hace unos días hizo un pico de 44.

Vale recordar que Chipre es una isla que pertenece tanto a Turquía como a Grecia. Allí hay mucha forestación y en total son 6 aviones combatiendo los incendios forestales.

Ellos trabajan haciendo guardias de 12 horas cada piloto. Viajaron con los propios aviones de la empresa argentina, que cargan cada uno unos tres mil litros de agua y tienen una gran maniobrabilidad, lo que les permite volar muy bajo y arrojar las descargas en los lugares del incendio.

Los dos aviones argentinos viajaron primero a Brasil, desde allí cruzaron el Atlántico hacia África y posteriormente llegaron a Chipre.

Según adelantó el propio Leo, trabajarán allí hasta el próximo mes de noviembre cuando regresen a Argentina. Desde esas latitudes, el criollense mandó saludos a sus amigos de La Criolla y espera que, para su regreso, pueda aterrizar en el Aeropuerto de Concordia.

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