Agrandar imagen El Club libertad bajo las aguas del río Uruguay.
El Club libertad bajo las aguas del río Uruguay.
En diálogo con Diario Río Uruguay, Mario Sánchez aseguró que “esta creciente fue muy sorpresiva y no estaba en los planes de nadie”, ya que “en estos meses que pasaron desde la inundación anterior trabajamos muchísimo y habíamos puesto el estadio en condiciones para volver a jugar”, pero “ahora nuevamente caímos a foja cero”, por lo que “esperamos que esto baje rápido”.

A día de hoy, el Club Libertad “tiene un total de 450 deportistas” y cuenta con “12 profesores que contienen a esa cantidad de chicos”, pero en cuanto a la cantidad de socios, Sánchez aclaró que “siempre lo hemos dejado deliberado, porque no exigimos que sean socios del club” para participar de las disciplinas.

Respecto a los daños que ocasiona el avance del agua, destacó que “te destruye todo, porque cuanto más tiempo está el agua, todo lo que es la parte del césped se echa a perder” y sólo queda “tierra arrasada, amarilla”. Al respecto, lamentó que “hace un mes habíamos fertilizado y estábamos muy contentos, hicimos mucho trasplante y prácticamente estaba cubierto por completo el piso, que llevó mucho trabajo por el tiempo de la inundación anterior”.

Además, comentó que se le suma “todo lo que le rodea al piso de la cancha, que es la parte eléctrica, lo sanitario, la pintura, te destruye todo” y reconoció que “el tema de la reparación es muy oneroso”, ya que “está todo muy caro”. A su vez, mencionó que “ni en la inundación anterior ni mucho antes hemos recibido ayudas, más que en forma individual y privadas”, por lo que “es otra vez remar desde abajo con grandes pérdidas”.

Según sus palabras, la última vez que el predio sufrió una inundación “nos llevó más de un mes recuperar la cancha” y aclaró que “jugamos un partido oficial no porque la cancha estuviera en condiciones de juego, sino por necesidad, ya que teníamos el Torneo Regional Amateur, la Copa Entre Ríos y el torneo local”.

Por último, precisó que “está todo lleno de agua”, tanto “el vestuario como la cantina, llegó a todos los niveles” y afectó también “el sistema de riego, que tuvimos que sacar las computadoras y las bombas de agua por riesgo eléctrico. Nos trajo un montón de problemas”.