En diálogo con Diario Río Uruguay, Fabricio Goñe, responsable del gimnasio Sinergia, rememoró que “todo surgió porque queríamos lanzar un lugar en el que se combinara la parte de gimnasio con algo de básquet. Una oferta que -hasta ese momento- no existía en Concordia”.

Según sus palabras, en aquel entonces “la idea no era hacer algo tan grande, sino que buscaba tener un espacio para tener algunos entrenamientos técnicos, más allá de la parte física”, sobre todo porque “estoy relacionado con el básquet desde que nací”.

En su búsqueda de un predio en donde instalarse, se encontró con el gran galpón a la vera de avenida Eva Perón, "que daba para hacer una cancha y entonces fue como un sueño", al punto que la idea original se modificó, “se fue reprogramando y fue surgiendo el tema de una cancha”, motivo por el que “me contacté con gente de Paraná, que habían largado algo similar en aquel entonces, porque en la provincia no había un lugar en donde se alquilaran canchas de básquet, mucho menos con estas características”, explicó.
Así fue aprendiendo “cómo habían encarado el proyecto" en otras ciudades. "Vi que teníamos muchos puntos en común, ellos me pasaron contactos y lo fuimos poniendo en marcha” y reconoció que “el dueño del lugar también me dio una mano terrible porque, cuando les comenté la idea, no tenía muchos recursos como para hacerlo, pero ellos se embalaron y me ayudaron”. Finalmente, las instalaciones fueron habilitadas por el municipio durante los primeros días de marzo.
Pandemia
En retrospectiva, Fabricio reconoció que “en todos los comienzos se tiene incertidumbres, porque uno no sabe si la idea va a funcionar o no, pero a nosotros justo nos tocó ese fatídico mes de marzo de 2020”, marcado por el avance de la pandemia del Covid-19 y el comienzo de la cuarentena.

“Creo que estuvimos 10 días abiertos y ya se empezó a escuchar afuera el tema del virus, por lo que tuvimos que cerrar las puertas y no estuvimos ni siquiera un mes abierto”, mencionó.

Sin dudas, el primer año de Sinergia “fue uno muy duro, porque teníamos muchas obligaciones que afrontar y cero ingresos”, consideró. Fue por esto que “tuvimos que reestructurar e imaginar cómo saldríamos adelante, porque se trataba de cerrar directamente o ver qué se podía hacer al respecto”.
Con el paso de los días, recordó que “vimos que las restricciones se alargaban y empezamos a evaluar la posibilidad de alquilar el equipamiento nuevo que teníamos”, con lo que “nos fuimos reconstruyendo”, valoró.
La vuelta
Una vez que las normas sanitarias permitieron el regreso de las actividades deportivas en la ciudad, Sinergia pudo retomar sus actividades, pero “el segundo comenzar fue con mucho miedo”, reconoció Fabricio, porque “era miedo tanto de la gente, como nuestro”.

En su retorno, mencionó que “estábamos todo el tiempo midiendo qué se podía hacer y qué no, de qué manera se podía hacer, cómo nos podríamos reinventar”, porque “la actividad, como muchas otras, tuvo que cambiar la forma en la que se daba” teniendo que aplicar un sistema “de turnos, con lo que estábamos contando constantemente la cantidad de gente para ver si no nos pasábamos del límite”.

En su caso particular, contó que “nos sobraban metros, pero no nos dejaban pisar la cancha porque no estaba habilitada todavía”, a pesar de que “no estaban jugando al básquet, sino que estaban haciendo ejercicios”. Desde su punto de vista, “de esas incoherencias hubo un montón, pero la fuimos peleando y la gente también nos ayudó mucho, confió y vino a un lugar que era prácticamente desconocido y nos dio su apoyo”.

“A Sinergia queremos posicionarlo como un lugar de entrenamiento y de ocio totalmente nuevo para la ciudad, es por eso que hoy tenemos una escuelita de básquet con 30-40 chicos y largamos una escuelita de fútbol sala para chiquitos, que tampoco hay en la ciudad”, destacó Fabricio. Además, aclaró que “buscamos nichos que no hayan sido explorados, porque no queremos tener la misma propuesta que todos, lo que nos hace diferentes”.
Durante el verano, desarrollaron “una Colonia de Vacaciones que nos sorprendió mucho, porque funcionó muy bien con pocos recursos y la idea es ampliar las ofertas con el básquet, futbol sala, en un futuro con handball y la proyección es ir sumando actividades; porque la idea es que la zona norte de Concordia tenga un centro de dispersión, ocio y deporte”, destacó y valoró que “por suerte, hoy estamos creciendo bastante”.
Lugar ideal
Una de las cosas que caracteriza a Sinergia según Fabricio es “el lugar donde está ubicado”, porque “creemos que la ciudad está creciendo para el norte y, desde La Bianca para arriba, no existe ninguna propuesta deportiva”.

Además, valoró la importancia de “tener un lugar de calidad en cuanto a las instalaciones y a la preparación de los profesores”, porque “en Sinergia siempre tratamos de que haya un profe en cada actividad”. En un principio “empezamos solo con Yanina, pero, en la actualidad, tenemos cuatro profesores más con sus respectivas actividades, por lo que empieza a convertirse en un emprendimiento más grande y serio”.

La cancha, por otro lado, se destaca porque “lleva un piso deportivo hecho de madera”, para el que “tuvimos que contratar una empresa de afuera que lo colocara”; los tableros “no son de madera, tuvimos que comprarlos y adaptarlos al igual que el tablero electrónico”. Es por esto que “está preparada y tiene todas las condiciones oficiales”.
Servicio de Alquiler
Según las palabras de Fabricio, en Concordia “hay muchas opciones de canchas para el fútbol: buenas, muy buenas, regulares, en donde quieras, siempre hay un lugar listo para ir a jugar”. Sin embargo, en cuanto al básquet, “si no estabas en un club y en actividad federada no tenías un lugar a donde ir con tus amigos”.

En la ciudad existen “algunas canchas al aire libre, pero no en las mejores condiciones”. Por eso este servicio “se presentó como un desafío”, en donde se cuestionaba si “iba a ser aceptada o no, si la gente estaba dispuesta a pagar una hora para jugar”.

“La idea resultó muy bien, sobre todo durante la pandemia, porque cuando se fue liberando la circulación había una necesidad de salir, jugar y hacer actividad física”, destacó Fabricio y comentó que “hoy tenemos casi todas las noches alquiladas, con grupos establecidos que vienen y juegan” más allá de las actividades propias del lugar.
La gente de Sinergia
Finalmente, Fabricio explicó que desde Sinergia “tratamos de armar y conectar a la gente con las mismas condiciones”, destacándose aquellos que “sólo quieren divertirse y a quienes quieren venir a competir”.

Además, reconoció que “el piso no es un tema menor”, porque “cuando proyectamos la cancha pensamos en que, después de los 30 años, las rodillas te empiezan a doler porque es una actividad que tiene mucho impacto”.

“La idea es que aquel que no pudo seguir una carrera profesional tenga las mismas condiciones que un profesional, que de hecho vienen a entrenar y hacer fundamento, mientras están en receso, para mejorar su técnica”, agregó.

“Estamos tratando de lograr que quienes vengan a Sinergia tengan la actividad física y la diversión en un mismo lugar”, pero “como todo, lleva tiempo y tenemos un montón de cosas planificadas”, entre las que destacó “un servicio de cantina mejorado para disfrutar cuando se terminen los partidos, un espacio en donde sentarse, conversar, encontrar amigos”, concluyó.