“Nos da mucha tristeza porque bajamos de las mil hectáreas de superficie plantada”, puntualizó.
A contramano
Por último, Pannunzio alertó que es una tendencia a contramano de lo que pasa en el mundo, dado que “en todos los países crece la superficie de arándanos porque crecen la producción, la demanda y – por consiguiente – los puestos de trabajo”.“Es una pena porque el cultivo tiene un potencial enorme y la región de Salto Grande tiene condiciones de producción que otros países envidiarían”, remató.