El decomiso de los animales se debió a que quienes los poseían no tenían la documentación que acreditara el origen y la legítima tenencia de los ejemplares. En total, se decomisaron nueve cardenales amarillos, dos cardenales de copete rojo, dos reinamora, un pepitero, un rey del bosque y un jilguero.
Los inspectores hallaron que algunos de los cardenales amarillos se encontraban dispuestos en "perreras", pequeñas cajas de madera que se utilizan para transportar animales de manera oculta debajo de asientos de los vehículos. En el lugar también se decomisaron un total de 31 jaulas, entre las que había tramperas, perreras y voladoras.
El Ministerio de Ambiente concretó la inspección mediante su Brigada de Control Ambiental (BCA), en conjunto con agentes de la Gendarmería Nacional Argentina, de la Sección Chajarí, y del grupo de policía científica (Criefor) del Escuadrón 4° de Concordia.
La Fundación Tekove Mymba colaboró con el traslado de los animales a Colón, donde se trabajará en su centro de rescate para la rehabilitación de los ejemplares.
Las aves, una vez que obtengan el alta veterinaria y comportamental, serán liberados en la provincia, ya que es su zona de distribución natural.
Destacaron desde Ambiente que Entre Ríos no solo es una de las provincias adheridas a la Ley 22421 de Conservación de la Fauna, sino que también declaró al cardenal amarillo como monumento natural provincial.