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Un escrito- a modo de opinión- del profesor Gabriel Bonomi, del Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (CEYDAS) fue enviado a Diario Río Uruguay como aporte a la discusión sobre el futuro del Parque San Carlos. La nota comienza con un relato “Y un día el hombre debió encerrarse y todo cambió. El centenario bosque poco a poco fue cicatrizando sus heridas, el río comenzó a aclarar sus aguas, los huidizos pájaros volvieron…”

Luego de dicha cita, Bonomi hace referencia al lanzamiento de la consulta popular lanzada por la Municipalidad de Concordia, el pasado 16 de diciembre, para que los ciudadanos decidan acerca del “mejor uso” del Parque San Carlos.

El integrante de la ONG recordó que “ante la coyuntura de la pandemia por Covid 19 y sin una norma que lo respalde, el Parque San Carlos se había cerrado al tránsito vehicular en abril de 2020 y sólo se permitió desde entonces -a excepción de personas con movilidad reducida y personal del parque- el ingreso peatonal al mismo”. Asimismo, “en octubre de 2020 el oficialismo presentó un proyecto de ordenanza para ratificar esta medida de cierre vehicular, pero este fue aparentemente cajoneado”.

Sobre dicha medida, Bonomi señaló que “lo cierto es que -según varios expertos y referentes locales, ONGs ambientalistas y el propio personal del parque- el cerramiento, que en un principio pudo resultar una medida antipática para el ciudadano, fue muy positivo e implicó una fuerte y notable recuperación ambiental del lugar. Aparecieron de golpe numerosos Virachos, Lobitos de Río y vistosos pájaros subtropicales como el Cerquero de Collar y el Frutero Corona Amarilla -aves nunca antes vistas por esta zona- que sorprendieron a guardaparques y expertos”.

A la vez que “dejaron de verse bolsas con residuos en distintos puntos, ya no se encontraron animales atropellados o arrollados por vehículos, ya no se robaron las tortugas, se recuperaron las lomadas tan degradadas y erosionadas por la práctica de deportes o actividades de alto impacto que se realizaban antes de la pandemia (mountain bike, cuatriciclos, etc.), paseantes y corredores pudieron realizar actividades más tranquilos y seguros y otros beneficios varios”.

Por lo que desde la organización ambiental consideran que “todos estos argumentos serían más que suficientes para sostener con bastante certeza, que no permitir el tránsito vehicular en el parque es lo más favorable y beneficioso para el mismo”.

Aquí es donde Bonomi cuestiona que “sin embargo –y apurada por presiones de ciertos sectores- de la noche a la mañana la Municipalidad local lanza una compulsa ciudadana sin ninguna instancia previa de divulgación, educación ambiental o preparación para una comunidad que claramente no está lista para tomar decisiones sobre gestión socioambiental”.

Para el integrante de CEYDAS, “la consulta ciudadana –que puede encontrarse en el sitio web oficial de la Municipalidad- presenta muchísimas falencias en cuanto a su confección y presentación”, mencionando “tan solo algunas:

a) En ningún lugar del sitio web se indica que la consulta tiene carácter no vinculante como expresa la ordenanza Nº 35.821. Es decir, que fuere cual fuere el resultado de la misma, el Ejecutivo puede considerarlo, pero no está obligado a actuar de acuerdo al mismo.

b) Las opciones mencionadas están descriptas de manera ambigua, son excesivamente simplificadas, no abarcan todos los aspectos que deberían ser considerados y no indican las implicancias de cada una.

c) El sistema no brinda la posibilidad al votante de visualizar la respuesta antes de ser enviada”.

Luego en un mensaje ya direccionado a la ciudadanía en general, Bonomi reflexiona, “existen en la ciudad otros muchos sitios para recorrer en vehículo. Ninguno de ellos tiene la riqueza ambiental que presenta el Parque San Carlos. El parque debe ser tratado de otra manera. Debemos proteger ese inaudito paisaje, su historia, la huella de Saint Exupery, sus animales, la selva intrincada, su incesante río…”

Por último, el integrante del Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres se dirigió a las autoridades municipales. “Sr. Intendente: existen otras muchas y mejores formas de convocar la participación de la ciudadanía. No atemos el destino del parque a una compulsa popular de una comunidad a la que no se preparó (y ni siquiera se informó) para decidir sobre una cuestión de gestión socioambiental”. Para ello, “hace falta un trabajo previo de educación ambiental, de diálogo, de búsqueda de consenso, en definitiva; de gestión. Un trabajo participativo y colaborativo que capte las inquietudes, intereses y voluntades de todos los actores. Se necesita formar una Mesa de Gestión del parque que permita la participación ciudadana y asesore a la Dirección en diversas cuestiones (principalmente la ambiental) y elaborar un Plan de Manejo que trace las normativas necesarias para la conservación y el uso sustentable del mismo. De esa manera todos (o al menos todos quienes queremos al parque) podemos salir beneficiados”.