Prohibió en consecuencia, en la provincia, todo tráfico de esclavos "por mayor y menor de fuera del territorio de la Unión y dispuso que todo esclavo que se presentara en él, de países extranjeros, con el propósito de ser vendido, quedaría libre en el acto que el amo trate de hacerlo".
Además, se disponía de una vez por todas que las "autoridades se apoderarían de ellos para protegerlos; los escribanos y testigos que autorizaran su traspaso serían penados con multas y el comprador perdería el dinero", según reporta el Archivo General de la provincia.
Matices
La ley tenía sus matices y - por ejemplo - sus disposiciones no comprendían las propiedades de esta naturaleza ya existentes en la Unión, ni a los transeúntes de una provincia a otra, quienes podían traer sus esclavos y disponer de ellos como gustaren.Sin embargo disponía que eran libres - además - "todos los que hubieren nacido en la Provincia o existiesen introducidos de las otras provincias, nacidos en ellas desde el 31 de enero de 1813". Inclusive, en adelante; ninguna mujer podía ser llevada del territorio a otro en que no estuviera en vigor la prohibición del tráfico.
La historia marcó que - no obstante esta ley y los antecedentes mencionados - la esclavitud se mantuvo en la Provincia y en el país durante muchos años después.
En números
El historiador Ángel Harman, en su libro Los rostros invisibles de nuestra historia, dice que en “el censo levantado en 1820 en la Villa de Concepción del Uruguay registró 120 esclavos, de los cuales el 54% eran originarios de Guinea (África); el 26%, nacido en Concepción del Uruguay, el 7,3% era de la Banda Oriental y el 5,5% procedía de Buenos Aires.“Había doce africanos en la condición de libres: entre éstos, figuraban tres peones y un curtidor. Sobre cuatro de ellos no se asentaron datos con respecto a su ocupación. Además, uno de los africanos fue anotado como “agregado”.
“En el partido del Tala había 15 esclavos (13 varones y dos mujeres), once de ellos nacidos en Guinea. Dos naturales de Guinea oficiaban, uno como capataz y el otro, como labrador", cita el texto.
Además, menciona que "en la villa de Concepción del Uruguay había 67 varones y 53 mujeres en condición de esclavos, nacidos en África unos, y otros, en América; en cambio, 6 varones y 3 mujeres de origen africano detentaban la condición de libres.
“En esa época, los poseedores de esclavos en la Villa eran en su mayoría los comerciantes y estancieros, quienes los ocupaban en diversas labores, tanto en el servicio doméstico, como en el artesanal, y también en las faenas rurales", se lee en el trabajo.
Por último, el libro destaca que en el censo de 1820 "en la provincia de Entre Ríos se registraron alrededor de 510 esclavos, pero como los datos del censo son incompletos, hay que suponer un número algo mayor".