De esta manera, apuntó que “lo que se ve principalmente o lo que se aconseja, en chicos menores de 2 años, es cero pantallas, nada de dispositivos electrónicos”, sugiriendo que “para lo único que se podían utilizar es para videollamadas o comunicación con familiares o personas conocidas del chico”.
En cambio, comentó que “en niños de 2 a 5 años se aconseja una sola hora por día de dispositivos electrónicos”, mientras que “a partir de los 5 años, se recomienda principalmente calidad de contenido sobre tiempo de uso”, ya que el objetivo es que “los adultos responsables que estén a cargo de ese niño puedan compartir con el niño el dispositivo electrónico buscando algún elemento educativo que pueda ayudar a que el niño pueda crecer y aprender con el dispositivo electrónico”.
En otras palabras, destacó que “lo fundamental es, con el ejemplo, mantener una situación correcta para todos los niños”, porque “si nosotros como adultos vivimos usando el celular a la hora de la comida, no les estamos dando un ejemplo de que realmente el celular es para ciertos usos específicos y lo ponemos como que se algo indispensable en un momento en el cual el contacto social es mejor y es necesario”.
Sin embargo, reconoció que “estamos inmersos en todos estos dispositivos y toda la modernidad que tenemos, no podemos ser ajenos a eso, pero debemos tener un elemento para ayudar a que el chico lo use de forma racional con un adulto”.
Consecuencias
Consultado sobre las consecuencias que provoca el uso excesivo de este tipo de dispositivos en los más chicos, el profesional de la salud indicó que “lo que nosotros hemos visto son trastornos de conducta del chico, se pone más irritable, tiene berrinches, tiene aumento de la ansiedad, porque los dispositivos electrónicos nos permiten a nosotros resolver las situaciones tocando una pantalla, entonces pierden el compás de espera y quieren resolver todo ya, pero eso no es así”.Además, comentó que “en la pandemia se vio también la situación del sedentarismo, la falta de actividad física y el aumento de peso”.
En diálogo con el programa Tarea Fina de Radio Ciudadana, destacó que también se vio afectado “el desarrollo cognitivo” en lo que respecta a la “disminución de la atención, de la concentración y de la resolución de problemas”, así como también “la disminución de la creatividad del chico”, por lo que “tenemos que tratar de incitar a que puedan resolver sus problemas, que le busquen la vuelta”.
Asimismo, explicó que “la cuestión visual y la cuestión del sueño se vieron afectadas”, ya que “las pantallas tienen lo que se llama luz azul, que estimula en demasía la parte ocular de cualquier persona y disminuye su visión”, además de que “disminuye la producción de melatonina, que es una hormona que nosotros tenemos y nos ayuda a conciliar el sueño, así que hay insomnio también”, teniendo en cuenta que “esa estimulación visual de sonidos y colores sobre estimula el sistema nervioso y uno no va a conciliar el sueño, sino que, al contrario, va a estar más despierto”.
En relación a esto, comentó que “uno recomienda a los papás poner límites y reglas de juego para todo, en qué momento se usa el celular, en qué momento no, cuánto tiempo se puede utilizar y creo que debería haber control parental, porque muchas veces lo miran solo y sin la supervisión de un adulto y pueden ver cosas indebidas”.
Finalmente, aconsejó “volver a la fuente: leer”, ya que “los libros de cuentos normales para los chicos son sumamente importantes para que puedan volver a tener imaginación y creatividad”, por lo que “si uno quiere ayudar a conciliar el sueño a la noche, léanle un cuento, inventen una historia para que el chico pueda imaginar personajes y descansar tranquilo”.
