El lugar elegido para reforzar durante este fin de semana largo de carnaval las acciones de prevención contra el HLB es el puesto de SENASA ubicado en la Autovía Artigas, a la altura de Cerrito, casi en el límite entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes.
Según las palabras de Roger Flores, un integrante del equipo de SENASA Concordia, “vamos a dar a conocer a los viajeros información” sobre esta enfermedad. El organismo, junto a Federcitrus y con el acompañamiento de Coca Cola, impulsan esta campaña resumida en el hashtag #MoveteVosLasPlantasNo, con el objetivo de evitar el traslado de plantas sin certificación o sus partes, tanto fuera o dentro del país.
Una de las consignas principales de esta campaña es “disfrutá del viaje y cuidá los cítricos del país evitando su traslado” y se puede leer en la folletería, al igual que en las bolsas para auto que se obsequiarán a los automovilistas, con ilustraciones en las que predomina el color naranja.
El HLB
Esta es una enfermedad que afecta a los cítricos y a las plantas ornamentales, por lo que se recomienda: asegurarse de que las plantas adquiridas tengan la certificación del INASE y su documento de tránsito vegetal; evitar el traslado de material vegetal y sus partes; recordar que está prohibido el ingreso de plantas desde el exterior del país.El HLB ataca exclusivamente a los cítricos y, a diferencia de otras enfermedades, una vez que ingresa a la planta esta muere. Su manera de propagarse es a través de un insecto que se encuentra en toda el área citrícola del NEA, por lo que desde el 2010, según las palabras de Flores, “estamos realizando monitoreos desde el SENASA y se han enviado más de 21.000 muestras al laboratorio”.
Estos monitoreos resultan “fundamentales” para el funcionario, quien consideró indispensable que “cada productor se comprometa a controlar sus propias plantas”. Además, destacó que en la provincia de Entre Ríos hay “36.000 hectáreas que controlar” y desde el SENASA “no podemos abarcar todo”. Para combatirla, Flores mencionó que lo principal es “conocer la enfermedad” y no solo por los productores, sino también por “la población en general”.
Plantas certificadas
Además, Roger Flores resaltó como una exigencia innegociable el “emplear exclusivamente plantas certificadas” para todos los productores o vecinos que quisieran adquirir una planta porque, de otro modo, se correrá el riesgo de que la enfermedad ya esté en la plata y sea transportada ya que “los síntomas recién se verán después de un tiempo”.Sin embargo, cabe aclarar que esta enfermedad “no afecta a las personas, mata a la planta, al fruto lo deforma y queda de un tamaño menor, la cáscara se engrosa, la semilla se aborta y el sabor es muy ácido, horrible” pero no tiene efecto en las personas.
Por último, a modo de conclusión, Flores manifestó que “tenemos que sumarnos todos para sacar adelante la citricultura, salvándola de esta enfermedad, porque muchas familias dependen de ello”.