Agrandar imagen La trabajadora del hospita inhaló humo en el incendio.
La trabajadora del hospita inhaló humo en el incendio.
Tras el incendio que afectó al Hospital Materno Infantil San Roque, ubicado en la capital entrerriana, el pasado domingo; preocupaba el estado de salud de una de las enfermeras que inhaló monóxido de carbono.

Se trata de Tamara Fontana, quien inmediatamente recibió asistencia mecánica ventilatoria y en las últimas horas se comunicó que evoluciona favorablemente, se le quitó la asistencia respiratoria y sus condiciones de salud son óptimas.

Por su parte el director del hospital, Alejandro Calógero remarcó que exceptuando las personas que fueron derivadas, la mayoría ya reingresó al nosocomio. "En este momento, tenemos internados entre maternidad, las salas de cuidados críticos y los cuidados intermedios a 73 pacientes al día de la fecha". Y aseguró que el trabajo de todos los equipos y áreas técnicas es lo que permite que en pocas horas el hospital esté funcionando con normalidad, exceptuando la Sala 4 donde se produjo el incidente, que es donde se llevan a cabo tareas de reparación y limpieza.

"Ya reordenamos las 18 unidades que dependían de la Sala 4 en distintos cuidados intermedios y en este momento todos los pacientes están en condiciones estables y el hospital funcionando con absoluta normalidad", remarcó el director.

Respecto a la atención de embarazadas, el director general de Condiciones Obstétricas y Neonatales Esenciales (Cone) y Regionalización Perinatal, Paulo Capotosti referenció que "una paciente embarazada con amenaza de parto pretérmino rápidamente, continuando con su medicación, fue trasladada al hospital San Martín" y confirmó que en el transcurso de este lunes regresa al hospital materno infantil. "El resto de las pacientes internadas eran puérperas y todas ellas fueron trasladadas al hospital De la Baxada", puntualizó.
Paciente de altísimo riesgo
Con respecto al deceso del niño que permanecía internado en la terapia intensiva del nosocomio desde hace tres semanas, el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, Roberto Ariel, se refirió al cuadro que atravesaba. "Se trataba de un paciente de extrema gravedad, con condiciones mórbidas de altísimo riesgo, por ende de posible mortalidad en cualquier circunstancia y que, además, no era la primera vez que ingresaba a terapia. Durante estas semanas tratamos de realizarle la mejor ventilación posible con distintas estrategias en cuanto a la parte respiratoria".

En ese sentido, ministro de Salud, Guillermo Grieve fue contundente y agregó que “al momento del operativo del traslado se establecieron las mismas condiciones que se tenían en la unidad de terapia intensiva pediátrica del hospital, con el mismo tratamiento, con las bombas de infusión y con el respirador. La situación era delicada, al tratarse de un paciente en shock séptico que dependía de su patología de base pero no de que hayamos tenido una situación diferente".

Además, respecto de todo el operativo, sumó que “lógicamente todo esto llevaba a una gran organización que la sostuvimos permanentemente en cada uno de los pacientes".

"Nosotros queremos acompañar a los familiares en su dolor, estar cerca de ellos, y transmitirles la seguridad de que el niño recibió la atención que correspondía en cada una de las situaciones. De hecho, la familia en todo momento vio el esfuerzo que hicimos desde hace tres semanas y estaba muy agradecida con nosotros", añadió Ariel.