“Día 6 de cuarentena por infección por Covid-19, muchas emociones encontradas”, comienza diciendo en su posteo. “Como sabe la mayoría, soy médico y no pensé que tuviese en algún momento que aclarar algo por este medio. Trabajo en el (Sanatorio) SIES y en la terapia intensiva del Sanatorio Parque (de Rosario), donde vi varios pacientes sospechosos y confirmados, donde más allá de tener siempre el recaudo y usar las medidas de protección personal para cuidarse uno, a mis contactos y a los pacientes, me contagié”, refiere a modo de presentación.
Así, revela cómo empezó a darse cuenta que el virus habitaba su cuerpo: “El jueves comienzo con síntomas a la madrugada, a las pocas horas me hisopo y mi novia, quien es el contacto más estrecho que tengo por lógica, también se aísla acá en casa, comenzando con síntomas durante esa misma noche estando aislada”. Al día siguiente, “se hace el correspondiente hisopado y, como era de esperarse, dio positivo también”.
“Es un virus”, resalta. “Uno puede andar bien o mal, depende de cómo el cuerpo de cada uno actúe frente a una infección, eso lo entiendo y no es tan doloroso, el estar enfermo por algo que uno se contagió trabajando, no en un recital o donde fuera, me contagié atendiendo enfermos con esta enfermedad y nunca creí que tendría que aclarar esto”, en relación a los rumores que comenzaron a circular sobre su caso.
“Si tanto miedo tienen a esto, dedíquense a otra cosa”
“Nunca jamás creí que se digan las barbaridades que inventaron contra mi novia y contra mí”, lamenta Berloni en su publicación. Y, a continuación, amplía: “Desde que fuimos a trabajar con síntomas, que no nos importó la gente con la que trabajamos, que violamos el juramento hipocrático y una sarta de pelotudeces más, y la peor parte es de donde surgen estos comentarios, desde el mismo HECA donde mi novia trabaja, donde pidió por aislarse gente con la que mi novia siquiera tuvo contacto”.Analizando la situación, considera que “puede sacar lo peor y lo mejor de nosotros”. En este caso, “trajo a flote la peor miseria de quienes son colegas y compañeros de trabajo -continúa diciendo-, quienes piensan aparentemente que haciendo leña de un árbol caído no se van a infectar, y estamos en una pandemia, trabajamos con gente enferma, muchos van a caer como caímos nosotros porque trabajamos con enfermos, es prácticamente inevitable”. “Si tanto miedo tienen a esto, dedíquense a otra cosa”, interpelando a sus propios colegas. “Si hacemos nuestro trabajo con pasión y nos contagiamos igual, saldremos de esto y volveremos a trabajar y otra vez meteré la cabeza en la cueva de los osos, otra vez volveré a meterme en la pieza de los aislados porque es lo que hago igual que muchísima gente que en silencio se arriesga todos los días y pone en jaque su salud, como la de su familia, para atender a estos enfermos”, agrega luego.
“Así como saca lo peor de mucha gente, puedo rescatar también muchísimas cosas positivas, cientos de personas preguntando a diario cómo está uno y si necesita algo, mis jefas de la terapia, directivos del SIES, compañeros médicos, enfermeros, mudamos y la familia que sufre a distancia. A ellos simplemente gracias, es una situación en la cual es una caricia al alma saber que uno no está sólo”, rescata para finaliza