En este escenario, cuando tanta gente enfrenta problemas reales y concretos, muchos ven con desagrado que el candidato macrista Rogelio Frigerio visite ciudades y pueblos de Entre Ríos solamente para las fotos de ocasión, con un ajustado despliegue escénico, frases demagógicas sugeridas por sus consultores y palabras vacías.
Quejarse de los problemas que hay, sin autocrítica ninguna; no decir que fue el ministro con mayor responsabilidad y poder en el gobierno macrista que hundió al país en su peor crisis; mostrarse como un recién llegado a la política y prometer lo que sea según donde esté y quien lo escuche. Para cualquiera que vea las noticias que se difunden de sus visitas y las declaraciones que hace, estas consignas saltan a la vista.
Diferente sería la cuestión si Frigerio fuera una artista porteño que durante los fines de semana se presenta en alguna ciudad o pueblo de Entre Ríos, o un turista que viene de pasada un fin de semana largo y le da por opinar de nuestras cuestiones con la mirada condicionada por el bombardeo permanente de negatividad de Clarín, La Nación y demás aliados del macrismo y la derecha.
Pero Frigerio es un diputado nacional, no un artista de varieté. No se trata de quejarse mucho, decir lo que convenga y sumar seguidores en las redes sociales. Quienes lo votaron, equivocados o no, tal vez pretenden que se acuerde de Entre Ríos un poco más que para las fotos lindas y los discursos prefabricados. Y quienes no lo votaron, en tanto que ciudadanos entrerrianos, también están en condición de exigirle que trabaje un poco más, aún cuando el estilo de la dirigencia macrista se incline más a los foros televisivos que a la labor política en sí.
Hasta el día de hoy, aproximadamente seis meses desde que fue electo diputado, no se conoce ningún proyecto o iniciativa de su autoría que haya sido planteado o realizada en beneficio de los entrerrianos.
Su nombre en la prensa trasciende mucho más por la amplia vidriera que le dan los canales y diarios del grupo mediático al que responde que por alguna cuestión vinculada a la realidad de nuestra provincia. O bien, casi como una excepción al cerco mediático que lo protege, por el proceso judicial que enfrenta ante la sospecha de negociaciones incompatibles con la función pública, cuando era el superministro de Mauricio Macri y entre unos pocos socios y amigos negociaban el futuro de los argentinos y argentinas.
El país necesita más política - de la verdadera, la que debate ideas, la que confronta modelos y acciona en favor de la gente - y menos politiquería de cotillón, como la que exhibe Rogelio Frigerio, un extranjero de paso en las tierras entrerrianas.
Concejal Juan Domingo Gallo (Frente de Todos - Entre Ríos)