Según el principal, los efectivos amenazados “tuvieron que repeler, reducirlo y quitarle el arma de fuego larga. Por suerte la escopeta no tenía cartuchos y no se sabe de dónde la tomó porque no supo decirnos”.
Una vez trasladado, se constató que es un joven de 19 años, vecino del lugar y que “tiene problemas de adicciones”. El funcionario policial aclaró que “si bien no es un sujeto que tenga antecedentes por delinquir, sí hemos intervenido varias veces por actitudes violentas, sobre todo hacia sus propios familiares. De hecho, sus padres han abierto un expediente en la Justicia local para que lo puedan internar y lo ayuden a recuperarse de su problema con las drogas”.