Cristina pide que aquellas mujeres que estén en
la misma situación "me busquen a mi, y
yo las voy a ayudar, que no esperen a
último momento". 


Cristina es una mujer de 50 años y madre de 3 hijos, donde “S” es la menor con 16 años.

Desde la semana pasada su vida ha cambiado radicalmente, “todo esto la va a marcar a ella, me va a marcar a mí y a toda mi familia”, confiesa.

Con total honestidad reconoce que su hija “tiene problemas de adicción”, por lo que “habitualmente los fines de semana se iba”, pero al otro día “la encontraba en las casas de las amigas”.

De acuerdo a la cronología de su relato, eso cambió en la última semana de octubre, “ahí se fue y pasaron varios días, hasta que el miércoles 29 de octubre yo doy con una persona que me da el dato puntual sobre donde y con quien estaba”.

Es allí como ya relatara este medio, que fue hasta la Comisaría del Menor y la Familia para luego trasladarse en un patrullero hasta el dúplex de avenida Monseñor Rösch, donde efectivamente estaba Alfonzo con su hija. Detallando que al momento de entregarla “le saca un celular que ella traía en la mano y a los policías les dijo que era su empleada domestica, que hasta le pagaba 100 pesos por día”.

También recuerda que la adolescente “tenía muchas ojeras que es por su adicción, eso yo lo sé, pero también tenía muchos hematomas en una de las piernas”, por lo que fue atendida luego en el Masvernat.

 

Amarga experiencia en tribunales y el contraste con la Policía Federal

 

Ese mismo día, acompañada por su hermano, Cristina Escobar se dirigió pasadas las 20,00 hs. al edificio de tribunales, donde el policía de guardia les dio la increíble explicación que “no había ningún fiscal para atenderlos”, a lo que respondieron “¿Cómo que no?, tiene que haber un fiscal que nos tome una denuncia, eso es como un médico de guardia”.

Finalmente, luego de la intervención de terceros, otros representantes del Ministerio Público Fiscal intervinieron para que el fiscal Darío Mautone tomara formal denuncia a los familiares de la menor.

“En los tribunales de Concordia no me dieron la respuesta y la contención que yo esperaba”, reprocha la mujer. “El fiscal que me atendió no hizo todo lo que yo pensaba y si no era por otros fiscales que bajaron no nos atendía”.

Tras esta experiencia que no la dejo conforme, “al otro día hago una denuncia en la delegación de acá de la Policía Federal y ahí si me orientaron con todo lo que tenía que hacer, incluso con mi hija”. Subrayando que quería “agradecer  especialmente a cada uno de la gente que trabaja allí, que me atendieron todas las veces que yo fui, que le hicieron todos los estudios médicos que había que hacerle a mi hija y que sobre todo, hicieron el trabajo que había que hacer para que este hombre termine detenido”.

Asimismo destacó el acompañamiento que tiene desde la Subsecretaría de Derechos Humanos, en la persona del profesor Rubén Bonelli.

 

La noche, los boliches, la droga y el aprovechamiento

 

De acuerdo a lo que pudo establecer Cristina, su hija y Alfonzo “se conocen hace mas o menos un mes en un boliche, donde él le dijo que la iba a hacer trabajar de promotora”.

A pesar de la oposición de la madre, el vínculo siguió e incluso “él también la tenía como asistente en la radio. Porque cuando ella estaba todavía en mi casa le ha mandado mensajes desde mi celular, avisando que ya iba para la radio.

Como así también, que el último contacto con su hija antes de rescatarla fue un llamado de “S” para decirle que “estaba bien, y que estaba en la casa del pela”, uno de los alias con el que se conoce a Alfonzo.

Cristina se quiebra para confesar que actualmente su hija “no está bien, tiene mucho miedo de lo que pueda pasar y tiene muchas pesadillas”. A lo que se suma que “de a poco se está largando y cuenta las barbaridades que hacía con este hombre”, dice evidentemente emocionada. Remarcando que “ella tiene solo 16 años y yo la sigo viendo como mi nena”.

Por último remarca que “una mamá es capaz de hacer cualquier cosa por su hijo. Yo voy a luchar hasta que llegue esto al final y se haga justicia”, advirtiendo que de acuerdo a lo que le narró su hija por ese lugar pasan continuamente otras chicas menores en la misma situación. Por lo que pide que aquellas mujeres que estén en la misma situación se unan para hacer causa común, “les pido a esas mamás que me busquen a mi, y yo las voy a ayudar, que no esperen a último momento. Yo doy gracias a Dios que mi hija esta viva, porque si yo me tardaba unos días más en rescatarla, no la encontraba más”, finalizó diciendo.