Al intentar entrevistarse con ambos, los uniformados pudieron percatarse que escondían varias cajas de gelatina y dos botellas de vino - marca Toro - detrás de un pilar de luz, ubicado en la esquina noreste de dicha intersección.
Un menor
Una vez identificados, resultaron ser un joven de 18 años y un menor de 16. A su vez, la policía se entrevistó con el propietario del kiosco y pudo constatar que los elementos habían sido sustraídos de ese negocio, que se encontraba cerrado al público, por un ventiluz y sin ocasionar daños materiales.El fiscal en turno, el doctor Azcué, finalmente dispuso que el menor sea trasladado a la comisaría de Minoridad, para ser entregado a sus padres. En cambio, el mayor de edad fue alojado en Alcaidía.