Además reconoció que en reiteradas oportunidades hizo de mediador entre sus compañeros y el gobierno, omitió hablar de los saqueos y se focalizó en sus esfuerzos por trasmitir a los funcionarios provinciales el malestar salarial y de falta de elementos de trabajo que tenían en ese entonces los uniformados.

El cabo contestó a una de las preguntas de su abogado, negando rotúndamente que en el tiempo que duró el amotinamiento "haya un lider y que haya sido organizado" y amplió: "No encontrábamos el motivo de quién dio esa directiva de dejar de trabajar" ya que "los que estábamos reclamando estábamos de franco". En ese sentido comparó: "Son como las guardias en un hospital. No se pueden tocar", y subrayó que si el comisario de la seccional Tercera donde cumplí tareas "me hubiera llamado a presentarme, lo habría hecho".

Consultado sobre qué conocimiento tenía de los saqueos que asolaban la capital del citrus durante la madruga del lunes, indicó que "en los lugares que yo estuve en la Jefatura no escuché que se hablara de los saqueos. Puede ser que en otro sector sí", aunque a minutos antes había explicitado que en las reuniones en CAFESG que mantuvieron con el gobernador, éste "seguramente dijo algo de eso en el medio de las charlas. Sería ser necio desconocer lo que pasaba en la ciudad".

Las críticas al sistema policial no tardaron en llegar y así Coutinho calificó de "una farsa decir que hay capacitación en la policía. En los 10 años que estuve la única práctica de tirro que tuve fue cuando estuve en la Escuela de Agentes". En ese sentido dijo que llegó a contabilizar unas 300 horas mensuales de trabajo con los tiempos extras, "y eso después no se retribuía en un salario y la cantidad de tiempo sin ver a la familia".

El agente prestó servicios en el frente de la casa del gobernador Urribarri por casi 4 años, pero luego fue desplazado según dijo por directivas del mandatario. "Cuando empecé a publicar cosas en mi Facebook en apoyo al reclamo de los gendarmes que pedían mejores salarios hace unos años atrás, y el gobernador se enteró y me dijo que esa forma de pensar no correspondía con alguien que trabaje con el, y que me presente en Jefatura para que me dieran mi nuevo destino". Su último destino hasta el momento fue en la Comisaría Tercera.

Sobre la noche del 8 de diciembre, el imputado narró que junto a su mujer decidió participar de la movilización por los alrededores de la Plaza 25 de Mayo, donde luego se entregaría un petitorio a las autoridades departamentales. "Llegamos a la Plaza alrededor de las 20hs. Las caras eran casi siempre las mismas. Ese día se hacían cantos. Habíamos traido bombos y redoblantes. Era una noche de calor intenso. Estaba pesado el clima", graficó, para ampliar que en el trayecto se decidió que iban a dar una vuelta manzana a la Jefatura y cuando estaban sobre calle Hipólito Irigoyen observa que el portón de ingreso al Comando Radioeléctrico era cerrado intempestivamente por el Jefe de Operaciones, Critian Hormaechea.

"Luego fui a comprar agua a un drugstore de calle 1º de Mayo y cuando regreso, a la altura del monumento a San Martín, veo gente en el ingreso de Jefatura. Apuro mi paso y  veo más de cerca, vi un descontrol. Voy corriendo y entro", sostuvo Coutinho, diciendo luego que el Jefe Departamental, Lucio Villalba "era abrazado y protegido por uno de mis compañeros. Preguntaba qué pasaba. Había muchas mujeres que lo insultaban y le recriminaban en forma enardecida porqué había tirado gas".

Seguidamente y con la colaboración de José María Biderbós "tratamos de protegerlo a Lucio Villalba. Le ofrezco y le lavamos la cara. Siento que en el ambiente había gas lacrimógeno. Me picaba la garganta y los ojos", pero mencionó que "era tal la indignación que tenían que no se escuchaban entre Villalba y las mujeres de los policías. Le dije que paremos. Que eso no era lo que vinimos a buscar". En ese momento Villalba subió hacia su despacho anticipando que iba a comunicarse con los Jefes de Provincia para llevar una respuesta ante el reclamo.

"Nosotros vamos hacia el patio de la Jefatura. Se armó una especie de atril y subían varios a pedir por chalecos e instrumentos de trabajo", apuntó Coutinho, para inmediatamente reconocer: "Una de las mayores vergüenzas que sentimos es cuando tenemos que contarle a la gente que no tenemos combustible para salir en los móviles". 

Después aseveró que mantuvo un diálogo con el delegado de Derechos Humanos, Rubén Bonelli, quién le preguntó porqué estaban adentro de Jefatura. "Esto se fue de las manos. No fue lo que nosotros veníamos a hacer", expresó en ese momento el vocero. 

"Luego escuché que pedían que Villalba diga algo. Habían confianza con el. Siempre hubo un buen trato Subimos a su despacho y cuando sale al pasillo (Villalba) avisó que el Subjefe de Provincia venía en camino. Allí volvieron a surgir nuevas discusiones. Pedíamos que se calmen los tonos. Había gritos. Yo intervenía para que bajen" declaró Coutinho, indicando: "fuimos a buscar la respuesta del Jefe y terminamos en un griterio". 

Minutos más tarde se largó una intensa lluvia, por lo que el centenar de personas que se daban cita en el patio de la Jefatura decidieron entrar a los pasillos. "Llovía y se tocaban los bombos y había cantos en el hall de entrada. Después nos avisan que llegó el ministro Bahl y subimos al Salón. Al frente estaban Rosatelli y Bahl, quien nos cuenta la oferta que tenían desde el miércoles y que iban a dar a conocer ese lunes, pero la gente le recriminaba las faltantes. Le entregaron el petitorio y Bahl dijo que desconocía el reclamo. La gente le gritaba y le decían que lo que le fallaba era la cúpula" policial, subrayó. Ante la encendida discusión de la que participaban también los familiares de los trabajadores, fue que se dispuso terminar el encuentro y aguardar una respuesta de parte del gobernador.

"Seguimos esperando y empezó a amenecer, pero la respuesta no llegaba. Por eso resolvimos salir de Jefatura. Estaba el cúmulo de patrulleros que habían llegado esa noche. Se escuchaba que en la radio LT 15 el ministro Bahl nos insultaba a todos los que estábamos en la Jefatura, decía que eramos delincuentes y drogadictos", recordó. Horas más tarde, y por intercepción del Secretario del Sindicato de la Fruta, se avanzó en una reunión en las termas junto con los ministros Balay y Bahl. "Volvimos a hablar de los códigos. Nos explicaron y nos pareció incoherente insitir con un básico de $10.000, y nos pidieron que este grupo sea vocero al resto", describió Coutinho. La díficil tarea encomendada no dio resultados, ya que no logró que sus colegas amotinados en la sede policial aceptaran la propuesta. 

Horas más tarde se encabezó una nueva misión pero esta vez en la sede de la CAFESG donde el propio Urribarri los recibiría. "Entramos a una oficina y Urribarri nos dice que no era momento de hecharnos las culpas.  Nos dijo lo que podía ofrecernos y garantizarnos, y nos pide que vayamos a la Jefatura a consultar. Que hagamos el mayor esfuerzo de aceptar eso que nos estaban ofreciendo". Una vez en la Jefatura el mensaje fue transmitido por un megáfono, pero también generó controversias en los manifestantes, quienes invalidaron la votación de minutos antes y truncaban así una solución.

Ya cerca de la medianoche, Coutinho junto con Differding, Biderbós y Rosas, entre otros, fueron conducidos nuevamente a CAFESG para otra negociación con el gobernador. "Allí empieza a surgir de parte de nosotros que era menos lo que pedíamos, con montos iguales, pero mayor el básico. Urribarri nos decía que era imposible porque después venían los otros gremios exigiendo los mismos aumentos en el básico", describió el cabo. La intermediación rotunda del Obispo Armando Collazuol para llegar a un acuerdo reencausó la negociación que percibía estancada.

"Después Urribarri da la orden de que sean $300 de suba en el básico y un retroactivo por noviembre y octubre. Se armó luego una planilla y un acta acuerdo. Para nosotros lo más importante es lo que el nos dijo que si nosotros nos organizábamos podía llegar a tratarnos como algo similar a un gremio y discutir en paritarias en febrero", recordó el vocero.

En ese marco también hizo alusión a la reunión mantenida durante el martes 10 de diciembre con el mandatario provincial, que aseguró haberles dicho "que busquemos representatividad idónea de nuestros compañeros en las departamentales más importantes para en febrero comenzar a participar en las negociaciones paritarias" y subrayó que mantendría una conversación con el Procurador General de la Provincia, para que desistiera de iniciar una causa penal, afirmándoles: "le voy a pedir que siga la misma línea que yo, y que nos quedáramos tranquilos que sanciones administrativas no iban a haber".